El Héroe que camina entre mundos

El comienzo del héroe

Hyoudou Issei un chico común sin nada especial, estaba siendo intimidado, no era algo reciente, había sido así durante incluso el jardín de niños, aun si el pedía que se detuvieran no ocurría, era como si los niños encontraran divertido molestar a aquel indefenso chico.

Estaba completamente solo, su amigo de la infancia Shido se había mudado dejándolo solo, aun cuando el intentaba que dejaran de molestarlo eso no ocurría, aun si hablaba con un maestro, terminaban culpándolo y era el al final quien estaba equivocado.

Por suerte sus padres lo amaban con todo su corazón y el cariño que recibía de ellos era el suficiente para hacerlo seguir adelante, algún tiempo mas tarde nació su pequeña hermanita Hyoudou Ayumi, una niña que adoraba a su hermano mayor.

No obstante no importaba que tanto amor recibía el dolor que le causaban comenzó a alejarlo de su familia, cuando comenzaron a lastimarlo y su ropa se ensuciaba busco esconder todo ello, por lo que comenzó a lavar su ropa desde la escuela primaria usando a escondidas la fuente del parque.

Su infancia no era algo que se esperaría normalmente los niños solo deberían enfocarse en jugar y disfrutar su juventud, pero desgraciadamente así como existía gente buena, la gente cruel y desalmada no solo eran los mayores incluso jóvenes niños podían desarrollar una actitud terrible.

El único al que el joven Hyoudou Issei le confió sobre esto era su abuelo, no obstante el falleció cuando aun era joven, lo recordaba claramente el era un viajero que siempre volvía con recuerdos peculiares, y aunque rara vez se encontraba en su hogar recibía a Issei con los brazos abiertos.

Fue de esta manera que el joven podía sacar todo el dolor que guardaba para no preocupar a sus padres y a su pequeña hermana, era de hecho un milagro que la casa de su abuelo estuviera solo a poco tiempo de su escuela primaria.

Allí el podía jugar, amaba recordar aquel juego que tenia con su amigo "Abuelo yo seré un héroe" aquel viejo hombre cuando escuchaba sus palabras sonreía tan radiante que no dudaba en alentar aquellas ideas de su querido nieto.

Sin embargo, eso termino cuando el murió pero no lo hizo sin antes darle las palabras que siempre lo guiarían para ser mejor persona.

Viejo—Issei, nunca te rindas, mira, esta bien, aunque sea difícil si sonríes la felicidad seguramente vendrá algún día, seras capaz de superar a esas personas que te han hecho cosas terribles... Ademas, todavía tienes una larga vida por delante, tomate tu tiempo no hay necesidad de apresurarte, muévete despacio y con constancia, se amable con los necesitados, atesora a los que son amables contigo.

"Incluso quizá algún día podrías volverte un héroe y formar un harem fufufufu"

Esas fueron las ultimas palabras de su abuelo, en su testamento el le heredo la casa donde vivía y todas sus propiedades, sus padres quienes comprendían lo unidos que eran lloraron junto a su hijo.

Miki—Mi pequeño todo estará bien.

Goro—Issei Otou-san quería que te quedaras con su casa porque te parecías mucho a el, el estaba seguro que cuidarías con amor todo aquello que consiguió en sus viajes.

El pequeño recibió toda la comprensión de sus padres, el chico siempre visitaba el hogar de su abuelo y poco a poco el comenzó a quedarse ahí, su abuelo le había dejado todo su dinero y con ello el pudo entrar en la secundaria y la preparatoria.

Sus padres estaban orgullosos y se aseguraban de enviarle dinero para sus matriculas escolares y comida, no obstante busco un trabajo de medio tiempo para un dinero extra.

Tan pronto como la escuela finalizaba el debía apresurarse para no llegar tarde a su trabajo de medio tiempo, sin embargo, lo detuvieron y fue llevado por la fuerza a la parte trasera del gimnasio, apretando sus dientes se limito a aceptar su cruel destino.