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| Primer Día |

No sé porqué la gente se molestaba en mirar el aspecto de uno o la forma de caminar, no era diferente a ellos. Era una persona común y corriente como cualquier otra persona.

Me dirigí a la oficina de los profesores y director para ser guiada an mis clases del día y al salón que pertenecería. El profesor miraba mi boletín, no era una gran estudiante, pero tampoco tenía bajas calificaciones, en realidad era una alumna promedio.

Pero debido a lo prometido a mi madre, tendría que demostrarle que podía hacer ambas cosas; Bailar y ser buena estudiante.

—Bien.— dijo el maestro de mi clase.— tienes buenas calificaciones, y considerando el potencial de tu talento, no tendremos problemas en que te incorpores en las clases.

Me dió una cálida sonrisa.

—Gracias.

—Bienvenida Señorita Choi Sun Yoon.

Me indicó algunas reglas de la escuela, las cuales escuchaba atentamente, luego apareció un chico en la puerta haciendo una reverencia.

—Profesor Lee, ¿me ha enviado a buscar?

Era alto (alrededor de 1,80 y algo), delgado, cabello castaño alborotado, ojos marrones, casi pálido, como todos aquí en corea. No era feo, tenía un gran atractivo, es que muchos aquí lo tienen.

—Sí, EunWoo. Te he llamado.— Sé levanto de su asiento y camino hasta quedar entre ambos.— Ella es Sun-Yoon.— me presentó.— Irá en nuestra clase, necesito que la guíes al menos esta semana, hasta que se incorpore en las clases. ¿Supone algún problema para ti?

Él miro atento al profesor Lee y luego a mi, me recorrió de arriba hacia abajo, para luego volver al profesor.

—No, Para nada.— Dijo con educación.

—Bien,— me miró.— Puedes ir con EunWoo, mientras tanto los alcanzo.

Yo asentí y EunWoo se puso en marcha, terminé de hacer reverencia y comencé a seguirlo. Caminaba detrás de él observando el lugar, lo cual no parecía diferente a mi escuela, me dio curiosidad saber en dónde se encontraba los salones de baile.

Los chicos que se encontraban en los pasillos me dirigían miradas de curiosidad y luego estaban las chicas que miraban a EunWoo como si fuera alguna clase de Dios o algo por estilo. A más de alguna se le caía la baba al suelo por él y lo digo literalmente.

—¿Las salas de Baile no están cerca cierto?

Me miró por encima de su hombro.

—Por el ala oeste de la escuela.— Volvió a hablar con su tono de educación. Era un hombre de pocas palabras, al parecer.— No pareces ser Coreana.

Su curiosidad me sorprendió pero no me molestó, si es cierto que no me parezco en casi nada a mi madre, ya que mi padre es latinoamericano, he crecido escuchando que soy igual a él.

—Mi Padre es Latinoamericano y mi madre coreana, supongo que soy idéntica a mi padre.— Conteste.

—Pues debe ser un hombre bastante apuesto.

Se metió en una sala dejándome anonadada por lo último dicho, ¿acaso eso había sido un piropo? Cuando reaccione y entre al salón, él estaba a un costado de la puerta.

—Espera adelante, el profesor Lee no tardará en llegar, debe presentarte a la clase.

Yo lo miré y estaba un poco más cerca, pude divisar una pequeña cicatriz en su mejilla, casi inexistente, pero allí estaba.

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