Capítulo 15

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Vikoria

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Vikoria

Maratón 2/3




Observo como las personas salen de sus casas en lo que nos sacan de la pista aterrizaje.

Estamos rodeados de militares, frente tengo a un encapuchado que lleva a Emma a rastras rumbo no sé a dónde, ni siquiera tengo idea de dónde estamos.

Lo único que veo son rostros con rasgos pakistaní. Metros más atrás llevan a Dago, a Domi y a los Boyeviki.

El dolor de cabeza no se me pasa, observo con cuidado a mi alrededor. No logró reconocer nada, ni tiene pinta de pertenecer a la mayor rama de la ley.

Nos llevan caminando hasta los vehículos que percibo a lo lejos, rodeado de hombres con fusiles en mano. El hombre que lleva a Emma la adentra en el jeep y hace lo mismo conmigo, El ministro se sube del lado del copiloto.

El ministro me observa por el espejo retrovisor

- Capitana. - saluda con una sonrisa burlona

Le lanzó una mirada de odio que lo hace sonreír más.

Hijo de puta.

La gente que deambula se hace a un lado y lo que veo en el transcurso del viaje me deja claro que una población pequeña no es, ya que son varios kilómetros de urbanización lo que recorro. Atravesamos un par de colinas llegando a otro sector lleno de casas resguardadas por valles donde nos hacen descender del vehículo cuando frenan y donde metros más adelante, un gigantesco domo acorazado sobresale.

Alrededor hay varias casas de donde salen las personas que me detallan cuando continúo con la caminata rodeada de policías. Las mujeres se quedan en las puertas, los ancianos se asoman en los balcones y los que rondan se apartan dándole paso a los agentes.

Continuamos con la caminata que me nos lleva al lugar que supuse que sería mi sitio  desde que lo vi.

Emma no dice ni una palabra solo camina sin más esperando quizás lo peor, pero me niego a dejar que la maten.

Llego a las rejas que cubren la estructura de metal que se cierne sobre nosotros y donde nos adentran junto con Dago, Domi y los rusos que ni bien atraviesan la puerta ya los están ingresando en las celdas que tienen.

Es como un refugio de guerra con pantallas y soldados preparándose con caretas y escudos antidisturbios.

Me llevan hacía de una de las celdas y veo como suben a Emma por unas escaleras metálicas donde la  hacen subir un piso, Forcejeo sin parar negándome a entrar y dejar a Emma, El ministro de la FEMF se da cuenta y le hace una seña al encapuchado para que me suba.

Llegamos a una serie de puertas, un soldado se adelanta tocando para que le abran y nos adentre a la sala.

Los que yacen dentro se vuelven y me hacen mirar al techo pidiendo paciencia al ver a Gema Lancaster, la hija de perra que creía que era mujer de Christopher.

Sed de Venganza | Christopher Morgan [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora