El Hotel

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"Hell - Oh mis queridos lectores, espero que les sea de agrado esta, historia jajaja... Disfruten"




"Entre adelante mi buen señor" Decía el hombre alto y bien vestido al visitante que parecía más que un huésped un simple vagabundo, sin darle mucha importancia se hizo a un lado para dejarlo pasar.

El visitante entró arrastrando los pies con un fango escurriendo por sus piernas hasta el piso brillante del lugar, el manager del gran hotel rodó los ojos ante el acto llamando de inmediato a una mucama que divisaba de forma directa en uno de los rincones del lobby e indicando que trajera de inmediato algo con qué limpiar.

"Imagino que usted no ha venido a tomar una de las habitaciones" Dijo el maestre acompañando al visitante hasta el vestíbulo donde le detuvo el paso poniéndose frente a él.

"Si la pregunta es si puedo pagarlo" Contestó el hombre metiendo la mano a su húmeda casaca "Entonces me parece que si" Tras sus palabras sacó doce monedas de oro grandes, pesadas y relucientes para luego extenderlas al alcance del gerente.

"Disculpe usted mi atrevimiento buen hombre, necesita una ducha y la mejor habitación" Se apresuró a decir al recibir las monedas en su mano "Acompáñeme si es usted tan amable" Miró a sus costados "No veo que lleve usted equipaje mi buen hombre sólo ese maletín, usted gusta que le ayude a llevarlo"

"No gracias, yo mismo lo llevo, no necesito que me cargue por los pasillos y agradecería que bajara su lambisconería" Contestó con sequedad el hombre.

"Eh, está bien, le acompañaré en su camino" dijo para finalmente girar sobre sus pies y hacerle una señal con la mano a otras empleadas para estar atentas a indicaciones.

El huésped y el manager subieron al ascensor que al cerrar las puertas evidenció el terrible mal olor del hombre a su costado, mirándolo por encima del hombro notó que era casi de su estatura llevaba ropa algo anticuada para la época además de ser de invierno siendo plena primavera.

Caminaron por los pasillos alfombrados, el hombre aún ensuciaba un poco a su paso con lodo y hierbas muertas que escurrían de sus asquerosas botas de trabajo, esto hizo que el manager entrecerrara los ojos con molestia haciendo una mueca disgustada.

Al llegar a la habitación el dirigente del hotel abrió la puerta y entró extendiendo los brazos, realmente estaba orgulloso del hotel que llevaba a cuestas, su ego era tan fuerte como los cimientos que le tenían tan presuntuoso... "Esta es la habitación más elegante luego de la suite del penthause"

"Puedo darme cuenta, en verdad admirable" Dijo el hombre apoyando el maletín que lucía pesado sobre la mesilla de noche "¿Puede decirme quién está en el Penthouse?"

"Bueno en realidad es el mismo dueño del hotel, estará pasando una temporada aquí" El gerente rio con nerviosismo sin saber por qué había revelado la información que simplemente había salido de sus labios para luego continuar con cierto horror en el rostro "Parece que escapa de algo"

"Ya veo, por favor salga de mi habitación en verdad necesito asearme" soltó el hombre señalando la puerta con un movimiento de cabeza.

El manager salió despavorido de la habitación y no se detuvo hasta llegar al lobby..,

En el penthouse el avaro magnate dueño de la mitad de la ciudad y por supuesto de aquel lujoso hotel se encontraba pesadamente recargado sobre un costoso sofá que tenía vista al ventanal, se mecía mientras fumaba un puro pensando en los quehaceres del día siguiente y como lograría evadir a...

"Es una linda noche mi estimado caballero" La voz con efectos de radio sonó desde su espalda llenando la habitación y haciéndolo petrificarse en su asiento "Voltea a verme, permanecer dándome la espalda es descortés" los colmillos en la oscuridad hacían visible una demoniaca sonrisa para luego develar esos ojos rojos como tizones encendidos.

"¿P-Por qué has venido?" Preguntó el hombre aterrado que al voltear a ver la figura del enorme demonio en su habitación cayó al piso.

"Se ha cumplido el plazo del ultimo sacrificio... traigo tu ofrenda" Dijo con una risa de fondo sonando hueca "ya no la quiero" la voz del demonio se escuchó cimbrando las paredes sin haber abierto su enorme sonrisa de dientes afilados mientras dejaba caer la cabeza de la última esposa del empresario en estado avanzado de putrefacción.

"Te- te conseguiré otro, se-será un niño esta vez, lo juro será, será de tu agrado lo prometo"

"Querido, respuesta equivocada, no me gustan los niños" El sonido de interferencia radial llenó el ambiente obscureciendo todo a su paso, pronto la luna se apagó en la lejanía y en aquel lugar solo reinó la sombra.

En el Lobby del hotel el manager tronaba su cuello tratando de sacarse el estrés que aquel extraño sujeto le había causado "Leticia, ¡Leticia!" gritó a su empleada asustándola "¿Qué demonios haces ahí parada? El suelo y los pasillos necesitan limpieza malditas..." Fue interrumpido por el sonar del timbre del penthouse, descolgó inmediatamente "¿SÍ, señor en qué puedo servirle?" Hablo confiado por teléfono.

"Buenas noches estimado caballero" La ladina voz con acento sureño y deje radial cruzo por su cabeza mientras de fondo algunas quejas de una voz conocida se lograban escuchar "Quería hacerle saber que en esta habitación también se necesita limpieza" Conforme hablaba la voz se tornó gruesa y demoniaca, mientras que en el fondo los gritos desesperados del dueño se ahogaban entre gorgoteos, sonidos característicos del desgarre y tronar de huesos "Jajajajajajajajajajajajajajajajajaja...." La risa siniestra se clavó en el alma del gerente helando su sangre.

" La risa siniestra se clavó en el alma del gerente helando su sangre

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Espero que lo hayan disfrutado querid@s lectores.... Sigan sintonizados...

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