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Si al Naruto le hubieran dicho que su alfa y él se llevarían ocho años de diferencia seguramente se hubiese reído a carcajadas para luego darle escalofríos al pensar en qué mientras él tenía dieciséis su alfa apenas era un niño de ocho años

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Si al Naruto le hubieran dicho que su alfa y él se llevarían ocho años de diferencia seguramente se hubiese reído a carcajadas para luego darle escalofríos al pensar en qué mientras él tenía dieciséis su alfa apenas era un niño de ocho años. 

Pero a la vida le gusta darte cada tanto con un palo en la cabeza y Naruto se encontró con veintitrés años en frente de un niño de quince con su lobo alterado al encontrar a su alma gemela. 

Siete años después aún le parecía un chiste despertarse con la cabeza en el pecho de Sasuke, compartiendo cama y una vida.

Sasuke sólo se volvía más adulto, más maduro y más atractivo, y él sentía que lo único que hacía era envejecer.

Sintió las manos de Sasuke colarse por debajo de la camisa de su pijama y besarle la nuca, donde la marca que los unía se encontraba. 

-Buenos días bebé.-Sasuke era un descarado, luego de tener relaciones siempre lo llamaba de esa forma. 

Vió de reojo al menor ponerse de cuclillas para acariciar y darle los buenos días a Kurama y Susano.

A Naruto le aterraba que algún día, mientras hacía el desayuno, Sasuke no viniera desde atrás para darle los buenos días y luego acuclillarse para dárselo a las mascotas. 

Había vivido veintiséis años de su vida en soledad, sin depender emocionalmente de nadie nunca. ¿Quién se creía Sasuke para haber cambiado eso? 

-Ya está listo el desayuno.-avisó dejando los platos en la isla.-Date prisa o volverás a llegar tarde a tus clases. 

-¿No desayunaras conmigo?

-No me siento muy bien del estómago.-Thor suspiró y lo tomó de la mano para atraerlo hacia él, lo abrazó por la cintura con una mano y la otra la utilizó para tocar el rostro del omega y tomarle la temperatura.

- Iremos al doctor

-No es necesario, Sasuke.

-Lo es, hace días estás así. 

-No puedes faltar a tus clases.

-Me importan una mierda las clases, primero estás tú.-Naruto abultó involuntariamente sus labios, causando que Sasuke riera levemente por la silenciosa rabieta que su omega hacía.
Abrazándolo contra él lo beso dulcemente. 

-Seguro no tengo nada.

-De ser así no tardaremos mucho en el doctor. 

Naruto suspiró y de forma rendida asintió.

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Gracias a la amistad que Naruto tenía con  Sakura Harun fue rápidamente atendido en la clínica privada que éste poseía, llevaba unos treinta minutos en el consultorio de uno de los doctores, un omega que se veía bastante nervioso mientras lo atendía. 

𝙾𝚑, 𝚏𝚞𝚌𝚔! | 𝚂𝚊𝚜𝚞𝚗𝚊𝚛𝚞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora