#5 Era Broma

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Odia estas reuniones, ya que por respeto no puede caerse dormido para ignorarlos a todos

Por cosas así, se arrepiente de ser profesor. Es ridículo para él asistir, pues no importa cuantos consejos les den en las conferencias, le gusta su método académico y no lo va a cambiar

Escuchar a los ancianos ya es mucho para él, pero lo que realmente le colma la paciencia, es tener que fingir querer hablar con sus colegas cuando se le acercan para hacer conversación

Los odia, lo estresan ¿Cómo no se han dado cuenta todavía? Su mala cara debería ser señal suficiente

Pero ni una mala cara va a alejarla a ella. Joke sí que le colma la paciencia, con ella no tiene respeto, la mandó a largarse hace rato pero insiste en compartir mesa

El sueño le juega una mala pasada, de eso se da cuenta. Mientras intenta ignorar la palabrería de los altos mandos, nota que la mujer ha estado callada por un buen rato

Observa su mano empujando una pequeña cajita blanca rectangular a través de la mesa hasta que queda frente a él. Alza la mirada para verla a los ojos, tiene una sonrisa que no le agrada, lo irrita. Joke da un par de golpes con el dedo sobre la caja y retira su brazo, le señala que la abra

No quiere hacerlo, no está para juegos tontos

Su mente nublada por el cansancio, hace que no lo piense mucho y haga caso a la orden. Dentro hay un objeto plano, alargado, parece un termómetro

Tarda un poco en identificar lo que es, sus ojos viajan de nuevo a Joke que parece muy contenta, sonriendo con picardía. Vuelve al objeto, que tiene dos rayitas rosas brillando

–Felicidades~—la mira, está feliz y canturreando—Seremos papás, Eraser~

Siente como su corazón se para, su respiración se acorta y queda estático mirándola a los ojos con los vellos de punta, el miedo circulando en su sangre. Ya tiene suficientes niños a su cargo, no necesita más, siente que va a llorar

El pánico lo invade, no sabe que cara tiene, pero Joke suelta una risa escandalosa que llama la atención de varios, más no tardan en volver a lo suyo, acostumbrados a su forma de ser insoportable

Cierto es que, por un segundo Aizawa se lo cree y no comprende su risa, es un asunto serio. Quiere reclamarle mientras piensa en que hará con la situación, hasta que su cordura logra devolverlo a la realidad

El pobre ya se estaba imaginando su triste vida viviendo junto a esa mujer y una cría. Hasta empezó un pequeño rezo mental para que el bebé no saliera a su madre. Se sintió estúpido, pero le echó la culpa a su falta de sueño

Tomó cartas en el asunto, aguantó mucho. Se puso de pie, y se apartó de la mesa sin decir nada, va a salir de ese gran salón, en el mismo pasillo, frente a la misma puerta, va a tomar una siesta muy larga

Y que le digan lo que quieran decirle, lo hará

–¡Ey, Eraser! ¡No abandones a nuestro bebé!—nadie hizo caso a su pataleta, es cosa de todos los días

Palabras: 535

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