Neptuno..?

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—La Tierra!—gritó Sol.

—La Tierra? Mh, que nombre tan extraño.
'Lo tienes, Mintaka?—pregunto Alnitak.

—Sí!—respondió Mintaka. —Sol, en qué posición del Sistema Solar está la Tierra?—preguntó.

—Es el tercer planeta del Sistema Solar. Un planeta interno, para ser exactos.—explicó Sol.

—Muy bien. Ahora dime, tiene vida? O solo es un planeta habitable sin ninguna criatura.—pregunta Mintaka.

—La Tierra tiene vida. Son unos seres algo extraños, pero bien parecidos a nosotros. Él los llama "Humanos" y han progresado notablemente en su ambiente.—respondió Sol —También tiene otros tipos, como animales y la vegetación.—agregó.

—Mhj, planeta habitado con seres inteligentes. Ha de ser un planeta engreído y popular entre los demás.—le susurró Alnilam.

—Si, algo así.—confirmó Sol.

—Muy bien. Nosotros hemos acabado. Nos mantendremos cerca y al tanto de tu Sistema Solar.
'Si algo pasa nos tienes que avisar de inmediato.—aclaró Alnitak.

—Sí y no olvides al pequeño asteroide.—dijo Mintaka, giñandole el ojo al asteroide.

—Ay..!—expresó el asteroide con cierto miedo y vergüenza.

—Ah, claro?—contestó Sol algo confundido.

—Bien. Adiós, nos vemos pronto.
'Iris no durará mucho en atacar asique mantén tus ojos a la vista de todos tus planetas. Iris no sólo es un come planetas.—dijo Alnitak antes de irse junto con Alnilam y Mintaka.

—A qué te refieres, Alnitak.—preguntó Sol, gritando. —Alnitak!—gritó por última vez antes de que se diera cuenta el bullicio que estaba produciendo, causando casi despertar a Mercurio.

—Uf, mierda. Por qué me pasa esto a mí.—susurró para si mismo Sol.

—Calma, mi Sol. Pronto pasará esto, gracias a sus hermanas que han querido ayudar.—comunicó el asteroide.

—Es que no puedo calmarme. Saber que un come planetas anda rondando por mí Sistema solar con la única intención de hacerle daño a mí Tie-...—sol detiene su última palabra y rápidamente corrige.  —A la Tierra...—dice esperando que no reconozca la equivocación.

Sin embargo, el asteroide reconoció de inmediato lo que quiso decir Sol. Pero prefirió mantenerlo en secreto, entiende que él podría sentirse avergonzado o amenazado.

Así que sin dudarlo se despide...

—Mis servicios ya han sido utilizados. Por ende, no necesito continuar aquí.— dice el asteroide. —Fue un gusto, mi Sol. Que las galaxias lo ayuden con Iris.—agregó antes de irse y perderse en la lejanía de la Vía Láctea.

Sol quedó exhausto de todo. Pero no se puede permitir dormir.
'Iris aún puede rondar y observar a la lejanía del Sistema Solar, probablemente por el cinturón de Kuiper.

Se mantuvo alerta durante las siguientes siete horas. En las cuales ninguno de los planetas se tomaron la libertad de despertar. Aunque se tomó ciertas libertades, al ver a su pequeño planeta sin distracciones.

Sol empezó a sonreír al ver a Tierra. Deseaba estar cerca de él y sentirlo, amaba verlo. Lo amaba a él. No sabía porqué sentía eso, pero le encantaba sentirlo. Se sentía tan libre y tan indefenso, era una sensación excéntrica que le gustaba experimentar.

Pero ese momento fue interrumpido por un sonido a la lejanía. Asteroides moviéndose por una interacción. La vista de Sol cambió rápidamente de rumbo, hasta el cinturón de Kuiper. Era casi invisible para él, sin embargo podía divisar ciertos detalles.

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