Ceramic Heart

09

Las cosas con Taehyung ahora eran un poco raras no era incómoda pero si le dijeran que lo describiera diría "tensión". Que en ocasiones le parecía sofocante sobre todo le parecía muy atractivo cuando miraba a Taehyung fumar en el balcón, la forma en la que gesticulaba y dejaba ir el humo, lo hacía sonrojar. Pero Taehyung también le provocaba ternura, más cuando cojeaba al caminar por no querer usar las muletas. En el hospital le habían dicho que aún no podían retirar el yeso porque al haber cargado a Jungkook hacia la cama anteriormente lastimo un poco nuevamente el pie de Taehyung por lo cual le habían dado un par de días más antes de poder retirarlo.

Eso de alguna manera hacía sentir mal a Jungkook porque se había acostumbrado a estar con su hyung en el mes que había parecido una eternidad muy agradable a su lado, logro conocer muchas cosas de su mayor; como hábitos de ser muy ordenado que era todo lo contrario a lo que era él, también al de solo fumar por las tardes pues disfrutaba del paisaje que le brindaba Italia.

3 días habían pasado desde aquel beso que los había dejado sin aliento. Jungkook sentía como se le revolvía el estómago y su piel se erizaba cada vez que Taehyung se acercaba peligrosamente a él como si lo quisiera besar o a veces solo lo hacía para tener un toque cercano al cuerpo del menor lo cual le gustaba demasiado pero no podía evitar sentir esa sensación de nerviosismo, pues en su mente Taehyung era un hombre digno de admirar.

Taehyung se encontraba en el balcón trabajando en unas vasijas que tenía que terminar para el cumpleaños de su padre las cuales solo les faltaba un poco de pintura y barniz para que ya pudiera enviarlos por paquetería. Y al estar retrasado por el accidente que tuvo, la presión de terminar antes de que acabara el mes era más grande por lo que lo hacía tener errores al moldear las que le faltaban.

Le parecía gracioso ver a Taehyung lleno de frustración cada que algo no le salía como el quería, era una faceta que para nada quería perderse cada vez que este se sentaba frente al torno y comenzaba a moldear el barro. Lo aplastaba con tanto coraje que a veces terminaba todo embarrado, tanto que en ocasiones Jungkook podía oír a lo lejos como este se quejaba en la ducha porque el barro se había pegado en su cabello, todo un caos.

Uno muy divertido.

—¿Tienes hambre? —preguntó Taehyung, cuando notó que su menor no había dejado de verlo ya desde hace un rato, no le incomodaba pero, le llenaba de curiosidad saber que era lo que pensaba mientras lo miraba con tanta atención.

Al ser llamado salió de su ensoñación, encontrado frente a él una imagen que le dejo la mente en blanco, era tan atractiva la forma en la que los cabellos rubios y alborotados caían por su rostro, le parecía sensual el ademán que hacía para limpiarse el barro de las manos. Y como cereza al pastel el ver cómo se acomoda adecuadamente los lentes de forma adecuada en el tabique de su nariz.