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El invierno en Busan era horrible y sin contar la nieve, ya que aún no nevaba.

Era un fin de semana y Minji decidió llamar a la dueña de su corazón, y habían quedado en ir a recorrer un poco las calles de Busan y visitar una nueva cafetería que había abierto hace no mucho.

Minji miraba impaciente a través de la cámara de su celular si su cabello estaba en su lugar, aunque no fuese una cita estaba muy nerviosa, se notaba de lejos.

Miró por última vez su aspecto y corroboró que todo estuviese en su lugar y se acercó a la puerta de la casa de la vietnamita.

Tocó la puerta y en menos de 10 segundos fue recibida por la madre de Hanni.

La señora Mai Pham era una mujer muy amable y bonita, se podría decir que Hanni era la viva imagen de su madre.

-Bienvenida querida, pasa que hace mucho frío.- la recibió con una cálida sonrisa y se hizo a un lado para que pudiera pasar.

-Buenas tardes señora Pham, es un gusto volver a verla luego de mucho tiempo.- Minji le devolvió la sonrisa y le dió un pequeño abrazo, el cual la señora Pham recibió gustosa.

-Quitate el abrigo ya que la calefacción está prendida, te cocinaras si sigues abrigada.- Minji hizo caso y rápidamente se despojó del abrigo que llevaba y lo colgó en el porta abrigos.

-No quieres algo de beber?. Justo Hanni y yo terminamos un rico chocolate caliente.- Minji realmente se sentía querida por la madre de Hanni, sentía esa calidez sincera cuando estaba en su casa.

-No quiero molestar, pero igual muchas gracias.- Minji le regaló una sonrisa sincera a la señora Pham.

La señora Pham asintió con amabilidad y guió a Minji hacia la sala de estar, donde el ambiente cálido contrastaba con el gélido invierno exterior.-No es molestia en absoluto, Minji. Siéntete como en casa.- le dijo mientras ambas se acomodaban en el sofá.

Hanni apareció en la sala con dos tazas de chocolate caliente humeante.
-Hola, Min! Me alegra que hayas llegado.- expresó con una sonrisa radiante. Minji le devolvió la sonrisa y agradeció a Hanni por la bebida.

Las tres compartieron momentos amigables mientras charlaban y reían. Minji se sentía cada vez más cómoda en aquel hogar que, aunque no era suyo, comenzaba a significar mucho para ella. La tarde continuó entre risas y confidencias, hasta que llegó el momento de partir para aquella cita que no era una cita, pero para Minji si lo era.

Hanni y Minji se despidieron de la señora Pham con gratitud y salieron juntas a enfrentar el frío invernal. Aunque el termómetro marcaba bajas temperaturas, el calor humano entre ellas hacía que el clima pareciera más llevadero.

Caminaron por las iluminadas calles de Busan, compartiendo historias y sueños. La nueva cafetería, con sus luces acogedoras, se vislumbraba al final de la calle.

Al entrar, se sumergieron en un ambiente acogedor, el aroma del café impregnaba el lugar. Se acomodaron en un rincón tranquilo y disfrutaron de las bebidas calientes mientras compartían miradas cómplices y sonrisas que decían más de lo que las palabras podían expresar.

El tiempo pareció detenerse en ese pequeño rincón de Busan, donde la conexión entre Minji y Hanni se fortalecía con cada risa compartida y cada gesto cariñoso. Aunque no fuera una cita oficial, para ellas, aquella tarde se convirtió en un capítulo especial que marcaría el inicio de algo más profundo y significativo.

Hurt | Bbangsaz • Catnipz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora