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¿Qué? Quiero ver que es lo que tiene.
Tokio, Japón.                                           09:38 pm

La música a todo volumen, los gritos de emoción de las mujeres y los rugidos de los motores eran las únicas cosas que se podían escuchar en el estacionamiento, podías ver a la gente apostando y corriendo

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La música a todo volumen, los gritos de emoción de las mujeres y los rugidos de los motores eran las únicas cosas que se podían escuchar en el estacionamiento, podías ver a la gente apostando y corriendo.

Todos presumían sus espléndidos autos para conquistar a las chicas, algunos bailaban como si no hubiera un mañana y tenían encuentros amorosos con las que quisieran, realmente era una fiesta. Disfrutando el momento sin pasado, ni futuro.

Un ambiente realmente libre y convencedor para Sean Bowsell, un americano que recientemente había llegado a Japón con intenciones de correr y ganarlo todo. Podía notar múltiples marcas de autos, cada uno con un toque distintivo de cada corredor, realmente anhelaba tener cada uno de ellos, parecía que estaba en el mismo cielo de los autos.

Visualizó como un Mazda RX8 2006 se aproximaba cerca de él, interrumpiendo su imaginación y esbozando una sonrisa al ver a la conductora de ese carro.

Esta acción no pasó desapercibida por un asiático de chaqueta negra que vigilaba cada movimiento de este tipo hacia "su chica".

– ¿Quién es el turista? – Se acercó a su amigo rodeado de mujeres interrumpiendo su charla con una de ellas.

– ¿Por qué te gustan las niñas, D.K? Cada vez eres más bueno, debes elevar tu nivel de novias. – Discutió incrédulo Han observando cómo este se alejaba acercándose donde el americano. Sin más remedio se acercó y se sentó en el cofre de un auto haciendo lo que mejor sabe hacer: observar.

D.K se acercó con un porte desafiante abrazando a la chica de nombre Neela y dandole unas palabras que el americano no entendía.

– Lo siento, no hablo japonés. – Se defendió Sean, sin intenciones de pelear.

– Entiéndelo, gaijin. – D.K besaba la mejilla de la chica antes de recibir un reproche de ella.

– ¡Takashi! – La fémina miraba al chico que tenía enfrente que explicaba que simplemente hablaban. – Tú no entiendes. – Negó mirándolo con súplica.

Sean pasó su mirada hacia el asiático que abrazaba a su amiga. – Y esa palabra, gaijin, o como se diga, ¿Qué es lo que significa?

– Significa: Regresa... por donde llegaste. – Rió dándole una mirada amenazante.

Twinkie, un amigo de Sean les interrumpió la conversación intentando llevarse a Sean de ahí susurrándole que él era de la Yakuza.

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