Capitulo 7

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Más golpes en la puerta, cada vez llamaban más constante y fuerte. Me encontraba sentada contra la pared mirando hacia la puerta como si de un momento a otro está se abriera de golpe mostrandome esos ojos amarillos que tanto terror me provocaba. Me faltaba el aire. No era claustrofóbica pero sentía como poco a poco las paredes se juntaran y me costará respirar. Solté un grito al ver como el espejo se rompía delante de mi y las luces parpadeaban. Mierda, tengo que tranquilizarme. Intentando calmarme cerre los ojos y tome aire profundamente.
Más golpes, pero esta vez escuche una voz familiar.
- Oye, ¿hay alguien ahí dentro?
Abrí la puerta y encontré a Bradly apoyado contra la pared mirando al techo. Su pelo estaba bastante desordenado y tenía
restos de pintalabios por los labios y el cuello. Su mirada se cruzo con la mía y sonrió ligeramente.
- Hola preciosa. - Me guiñó el ojo. Estaba borracho. - Parece que has visto un fantasma. - Su sonrisa se hizo más ancha. Ug que idiota. Suelta una risita y se aparta de la pared. - Si no te importa, tengo que usar el baño. - Me aparto de la puerta y le dejo pasar escuchando como la cierra detrás de mi. Miro por el pasillo, completamente oscuro. Necesito salir de ahí.
Como puedo en la oscuridad busco a tientas el teléfono dentro de mi pequeño bolso. Llamo a Sarah, realmente no quería abrí otra vez la puerta de la habitación donde se encontraba. No contesta. Llamo a Mike pero tampoco contesta. Por última opción llamo a Jack. Un pitido, dos pitidos, tres pitidos... Buzón de voz. Mierda. Me apoyo contra la pared respirando hondo. Escucho unos pasos por el pasillo y levanto rápidamente la mirada. Una figura oscura venía hacia a mi desde el fondo del pasillo. Hasta que queda unos pasos frente a mi no puedo verle bien la cara.
- Lalia, cariño. - Mi corazón se para en ese mismo instante. Christopher, mi exnovio, esta frente a mi completamente borracho. Tiene una pinta horrible. Su camisa blanca sobresale de sus pantalones vaqueros. Sus ojos grises inyectados en sangre sobresalen y su pelo rubio esta totalmente despeinado. Poco a poco se acerca a mi y yo como puedo me alejo intentando que no se de cuenta. - Te he echado de menos. - Apoya su mano en la pared justo a la izquierda de mi cabeza, haciendo que no pudiera alejarme más de él.
- Pues yo no. - Le miro duro a los ojos y él hace una mueca.
- ¿Por qué me haces esto? Yo te quiero. - Eleva su mano y acaricia mi cara.
- No dijiste lo mismo cuando te encontré con esa zorra en el baño. - Aparto su mano bruscamente e intento alejarme de él pero me retiene apoyando la otra mano en la pared. Pone su pierna entre las mías haciendo que no pudiera moverme y empieza a besar y chupar mi cuello haciéndome daño.
- Chris, para. - Intento sacudirme pero esta tan pegado a mi que no puedo. Él no me hace caso. - Christopher, me estas haciendo daño. ¡Para! - Levanto mis brazos pegándole en el pecho. Chris agarra mis manos y las sube por encima de mi cabeza. - Por favor, para. - Digo al borde del pánico. Me besa en los labios y giro la cabeza pero vuelve a atraparlos. Le muerdo fuerte en el labio inferior sintiendo el sabor metálico de su sangre y el aparta la cabeza.
- Serás zorra. - Gruñe. Aparta una mano dejando libre la mía, pero rápidamente la atra con la otra, teniendo mis manos agarradas con una sola. Me agarra del pelo haciéndome echar la cabeza hacia atrás.
- ¡Hijo de puta, sueltame! - Pero no lo hace. Baja la mirada hacia mis pechos y los muerde haciéndome daño. - ¡Maldita sea, sueltame!
- ¡Que te calles! - Tira más fuerte de mi pelo y se me escapa un sollozo.
- Por favor...- Susurro al borde de las lágrimas. Vuelve a ignorar mis suplicas. Entonces un ruido hace que abra los ojos. La puerta del baño se había vuelto abrir. Bradly miraba la escena curioso, como si fuera normal encontrarse a alguien intentar forzar a otra persona en mitad de un pasillo. Por fin sus ojos coinciden con los míos y me mira sorprendido.
- Ayudame...- Muevo los labios intentando que me entendiera. Bradly ladea la cabeza y vuelve a mirar a Chris besando y mordiendo cada zona de mi cuello ferozmente. Vuelve a mirarme. - Por favor...- Esta vez lo digo en voz alta, completamente rota. En ese momento reacciona acercándose a nosotros a grandes zancadas. Agarra a Chris por el cuello de su camisa y lo arrastra hacia atrás estampándole contra la pared haciendo que se cayera al suelo.
- ¿Pero qué coño te pasa, tío? - Chris se pone en pie mareandose un poco.
- Cuando una mujer dice no, es que no. - Chris gruñe y levanta el puño directamente hacia la cara de Bradly, pero le para antes de siquiera rozar su piel y le pega un puñetazo en el estomago haciendo que Chris se encogiera. Bradly me mira, hace un intento para decir algo pero sin prevenirlo recibe un puñetazo en la mandibula y de repente, todo se detiene. Chris respira agitado mirando a Bradly triunfante, mientras él sigue en la misma posición sin mover un solo músculo. Por un segundo pensé que todo había acabado, pero de repente Bradly me mira justo a los ojos y veo un extraño reflejo amarillo en sus ojos marrones llenos de ira, justo en ese momento comprendo que Chris no iba a acabar bien. Y como si todo fuera a cámara lenta, Bradly le lanza un puñetazo a Chris justo en el pómulo derecho. Sin ni siquiera dejarlo reaccionar vuelve a pegarle en el pómulo izquierdo tirándole al suelo. Como si tuviera el peso de una pluma le agarra del brazo y le pone en pie enterrando su puño en el estomago de Chris. Antes de que pudiera incorporarse, Bradly le agarra de la camisa y entierra la rodilla en su cara dejándole caer al suelo completamente destrozado.
- Oh dios mío. - Digo completamente en shock. Miro a Bradly de espaldas a mi. Su pecho sube y baja por la agitación como si hubiera corrido una maratón. Se gira y me analiza lentamente. Su mirada me intimida.
- ¿Estás bien? - Eso me sorprendió. Antes de entrar en el baño parecía tan arrogante y creído que no pensaba que podría preocuparse por alguien que no fuera él mismo.
- Si, si, yo estoy bien. ¿Pero él? ¡Casi le matas! - Asintió convencido.
- Estará bien, nada que un buen medicamento y unas cuantas curas no pueda arreglar. - Mira a Chris y luego vuelve a mirarme.Su rostro estaba cubierto de sudor y tenía un poco de sangre en el sabio inferior. Ya no tenía los restos de pintalabios por ninguna parte y parecía que la pelea le había quitado la borrachera del todo.
- ¿Necesitas algo? Si quieres puedo llevarte a casa. - Ese ofrecimiento me cogió desprevenida. ¿Y si me voy con él? Algo me dice que no es buena y idea, ese brillo en los ojos me resultaba vagamente familiar.
- Bueno, yo... En realidad... - ¿Por que me costaba tanto hablar? Le mire a los ojos, incluso iluminados por la pequeña luz que salia del baño sus ojos brillaban, su color miel hacia que se derritiera cada parte de mi cuerpo. Cuando su sonrisa se ensancho me di cuenta de que me había quedado completamente embobada mirándole. Agito la cabeza y respiro hondo. - Antes de que pasará todo esto estaba intentando localizar a mis amigos para irme a casa, pero no contestan y yo realmente no quiero fasticiarles la noche. - Pude decir al fin. Él asintió comprendiendome.
- ¿Tampoco puedes localizar a tu novio? - Estrecho los ojos extrañada. ¿Novio? ¿Qué no...
- Oh, Jack. - Digo en voz alta. - Él... - Ahora que lo recordaba, se suponía que era él el que tenía que salvarme. ¡Se suponía que él tiene que protegerme! - Nege frustrada. - Él no es para nada mi novio. - Bradly sonríe de lado y suspiro relajandome. No podía pagarlo con Bradly, él no tenía la culpa.
- Vamos, te llevaré a casa. - Niego con la cabeza.
- No hace falta, puedo ir andando. - Él suspiró.
- Vamos, no pienso dejarte sola con esté... - Señaló a Chris. Estaba espabilandose de los golpes que había recibido. - ...chico aún vivo.
Lo pensé un poco y finalmente accedí. Con cuidado bajamos las escaleras y entramos en la poca multitud que quedaba en la casa. Con Bradly detrás de mi, me guiaba hacia la puerta. Cuando finalmente conseguimos salir, busco a cualquiera de mis amigos por el jardín delantero, y encuentro a Jack sentado en uno de los sofás, con Lydia encima de su regazo. Ella jugaba con su pelo mientras él le decía cosas en el oído. Pero será guarra. Cuando ya estaba decidida a marcharme de allí, su mirada se encuentra con la mía.
- Laila, ¿vamos? - Reacciono desviando la mirada de Jack y sigo a Bradly hacia su coche. Como si mi enfado no pudiera empeorar el coche era muy parecido al de Jack en color negro. Cuando llegamos al coche Bradly abre la puerta del copiloto invitandome a entrar y como si me fuera la vida en ello me abrocho el cinturón nada más entrar.
- ¿Te dan miedo los coches? - Es mucho decir a Bradly a mi lado. Ni siquiera me había dado cuenta de que ya estaba dentro del coche.
- No, es que... Hace poco tuve un accidente.
- Oh, ¿estás bien? - Arranco el coche y me estremeci. Da igual si hubiera tenido un accidente o no, estos coches siempre me darían miedo. - Tranquila, iré despacio. - Asiento agradecida.
- La verdad, es que apenas me hize un rasguño. Supongo que fue suerte. - Sonrio y el asiente sin apartar la mirada de la carretera. Un silencio nos invade. Fijo la mirada en la carretera intentando no pensar. Solía tener la costumbre de llenar mi cabeza de pensamientos sean buenos o malos y siempre acabo con un terrible dolor de cabeza. Miro el cielo oscuro iluminado por unas cuantas estrellas y no puedo evitar acordarme de mi padre. Mi verdadero padre. ¿Sabrá lo que ha pasado? ¿Se enfadaría tanto con Jack como yo lo estaba? Dentro de mi quería sentir que mi verdadero padre no me abandono, que siempre me cuido, pero costaba verlo de esa forma. Al fin y al cabo lo único que he sabido de él durante estos últimos 17 años es que me abandonó.
- Laila. - Bradly me despierta de mis pensamientos.
- ¿Si?
- Ya llegamos. - Miro a mi alrededor. El coche estaba parado en frente de la antigua casa de los West, que ahora pertenecía a Bradly. Justo al otro lado de la calle estaba mi casa.
- Oh, vale. - Voy a bajarme del coche pero antes recuerdo algo. - Oye.
- ¿Si? - Bradly quita la llave del contacto y me mira.
- ¿Cómo... Cómo sabes mi nombre? - Él frunce el ceño. - Quiero decir, nunca he llegado a decírtelo.
- Tu amiga, la chica pelirroja, me lo dijo cuando llegásteis a la fiesta.
- Lydia. - Asiento lentamente y me desabrocho el cinturón.
- Supongo, no recuerdo su nombre. - Sonrie y niego con la cabeza.
- Según me dijo, está enamorada de ti.
- No creo que lo este tanto... - Ladeó la cabeza sin comprender. - Quiero decir, prácticamente se estaba enrollando en aquel sofá con tu amigo. - Sonrió y suspiro con frustración. Me enfadaba tanto aquello. ¡Prefirió pasar el rato con la zorra de Lydia antes de venir a ver si estaba bien! ¡Se supone que es "su deber"!
Un fuerte aire frío me hace estremecer cuando salgo del coche. Miro hacia mi casa. Estaba a oscuras. Mi madre ya estaría durmiendo, mientras que mi hermano se habría ido a algún descampado a beber, ya que la fiesta del instituto ya hace bastante que acabo. Me giro para ver a Bradly que estaba al otro lado del coche.
- Gracias por traerme y por lo de... Chris. - Agacho la cabeza avergonzada. No pienso perdonarle esto a Christopher en la vida.
- No hay de que. - Levanto la cabeza y veo la sonrisa de Bradly, le sonrió de vuelta y asiento. - Buenas noches Laila.
- Buenas noches. - Me giro y cruzo la calle hasta mi casa.
Cuando entro, camino a oscuras hacia mi habitación intentando hacer el mínimo ruido posible. Encuentro a Rose echada en el regalo que según Jack era de mi padre. Se encontraba sobre mi cama. Aparto a la gata y coloco la gran caja rectangular encima del escritorio. Me deshago de los malditos tacones que me estaban matando y del vestido poniéndome un cómodo pijama. Bajo lo más silenciosamente posible a la cocina y me cómo una Magdalena y un vaso de leche para luego tomarme un medicamento para el dolor de cabeza. Vuelvo a subir las escaleras cruzando el oscuro pasillo a mi habitación. Cierro la puerta detrás de mi y cuando me acerco a mi cama ahogo un grito.
Jack se encontraba recostado en mi cama con los ojos cerrados. Su ropa estaba arrugada y debajo de su mandíbula tenía una pequeña marca roja.
- ¿Que haces aquí? - Digo en voz lo más bajo que puedo para no despertar a mi madre. Jack abre los ojos y me mira.
- Te fuiste de la fiesta. - No se movió de su postura.
- Sí, ¿y qué? - No quería parecer tan dura, pero estaba tan enfada con él.
- ¿Por qué te fuiste? - Seguía sin moverse y yo tampoco me moví de mi sitio.
- ¿Ahora te preocupas por mi? - Le reté, eso le sorprendió. Finalmente se incorporó y me miro fijamente.
- ¿Ha pasado algo? - Suspiro frustrada. No lo aguantaba más.
- No, en realidad todo a ido bien quitando el pequeño detalle de que mi amigo el psicópata que quiere matarme volvió a hablarme en la cabeza, rompí un espejo sin ni siquiera mirarlo y el gilipollas de mi ex novio casi me fuerza. - Estaba tan enfadada que ni me di cuenta de que había levantado demasiado la voz y la ventana empezó a temblar. Le mire completamente frustrada.
- Relajat.. - Le interrumpi.
- ¿Qué me relaje? ¡Tu ni siquiera estabas allí para ayudarme! Preferiste estar besuqueandote con la zorra de Lydia antes de "hacer tu deber". - Exagere las tres últimas palabras.
- No sabía... - Volví a cortarle.
- ¡Tu no sabes nada! - Eche todo el aire que me quedaba en mis pulmones y suspire. - Menos mal que Bradly estaba allí y me ayudo con Chris... Si no fuera por él yo... - Estaba apunto de romperme delante de él y jamás me permitiría hacerlo. Negué con la cabeza tragandome el nudo de mi garganta. - ¿Por qué estas aquí de todas formas?
- Yo... He venido a decirte que dentro de una semana es tu cumpleaños... - Jack bajo la mirada, se le notaba nervioso.
- Si, lo sé. - Le miro a los ojos e insito. - ¿Qué pasa en mi cumpleaños?
- Tu trasformación se completa.

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Aquí estaa!!! Se viene lo bueno ahfjakxvqofvwor !!!!! Espero que les guste, votad y comentad cualquier cosa respecto a la historia, prometo contestar :)

PD: Si queréis saber como me imagino yo a Lydia, Sarah, Mike... Entrad en el instagram de la historia: maldiciondelangelwtpd. Subiré fotos de cada uno de ellos, algún que otro adelanto y vídeo sobre la historia. ❤

La maldición del ángelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora