Al principio de los tiempos, mucho antes de que siquiera exista un universo, era tan solo un pequeño montículo de polvo de estrellas vagando en la nada misma. Hacía frio, y estaba oscuro, pero eso no era un problema para mi. El problema era la soledad. Detestaba la soledad, así que comencé a crearlas.
Pequeños seres de cuerpo gelatinoso en forma de campana de la que desprenden finos y largos tentáculos nadaban junto a mi en el vacío infinito, iluminándolo con su tenue resplandor azulado y dejando un rastro de piedras preciosas transparentes. Era lo mas hermoso que había visto y jamás me cansaré de repetirlo. Se veían tan majestuosas y bellísimas. Con el pasar del tiempo, ellas crecieron y crecieron, hasta ocupar todo el espacio posible, eran gigantescas.
En forma de agradecimiento por darles vida, con sus tentáculos hicieron presión en el polvillo moldeando así mi cuerpo y con el que sobró crearon un par de cuernos en forma de espiral en mi cabeza, para los ojos colocaron dos piedras preciosas a las que llamaron "diamantes", y cada una cortó uno de sus tentáculos para formar el cabello.
Poco a poco, ellas envejecían. Su luz se apagaba y su color se desvanecía hasta que sus cuerpos gelatinosos quedaron inertes flotando en el abismo. Y yo me quedé solo otra vez. Ese fue el momento en el que descubrí las lágrimas.
Lloré y lloré hasta darme cuenta de que había una infinidad de lágrimas congeladas flotando por todo el lugar junto a las criaturas y pensé que ellas no deberían terminar así.
Las lágrimas comenzaron a brillar y a girar a mi al rededor, aumentando la velocidad cada vez más y a brillar con más intensidad hasta cegarme.
En cuanto la luz disminuyó pude apreciar lo que en la actualidad se conoce como "universo". A las mas pequeñas las convertí en cuerpos celestes. A las más grandes en enormes estrellas que les dan calor. Algunas lágrimas que quedaron flotaban en el lugar iluminando los espacios a los que no llegaba el brillo, otras cayeron hacia los cuerpos celestes. Las seguí.
Terminé en un lugar repleto de agua y con un hermoso cielo azul. Las lágrimas caían lentamente desde las nubes hasta sumergirse. Las seguí.
Debajo del agua, estas se descongelaron y dieron vida a unos seres idénticos a los que cree en un inicio. Algunos eran de la palma de mi mano, otros eran el triple de mi tamaño. Algunos con tentáculos finos, otros con tentáculos mas gruesos. Cada una tenía un color diferente. Cada una tenía una forma diferente.
Después de 14 mil millones de años las sigo observando desde las alturas nadando elegantemente por las frías aguas del océano, guiando a las almas devuelta a su hogar en Astral Trium.
Y las seguiré admirando aún en mi lecho de muerte.
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Historias De Astral Trium
FantasyUna serie de historias cortas situadas en la época de la guerra civil en Astral Trium, el reino espiritual al que van las almas de los humanos al fallecer, de donde nacen nuevas y son enviadas al reino mortal. ¿Cómo afecta esta guerra a los humanos...