La manada de un omega.

Capítulo 1: ¿Quién puso a Jiang Cheng en el hospital?

—¿¡Dónde está y qué demonios pasó!? —probablemente era la primera vez en mucho tiempo que veían y escuchaban a Nie MingJue tan alterado, pero ninguno de los alfas menores podía culparlo. Todos estaban igual de preocupados que él por la salud de su único y precioso omega, así que, no podían juzgarlo por exigir a gritos una respuesta.

Nie HuaiSang, el hermano menor del hombre alterado, fue el primero en acercársele: —Hermano, está en el quirófano en este momento, siendo sometido a una operación de emergencia —dijo con la voz más tranquilizadora que pudo poner, al mismo tiempo y con mucho cuidado acercando su mano al rostro de su hermano mayor para poder retirar un pequeño mechón de cabello de su rostro que seguramente llegó ahí debido al ajetreado camino que tuvo hasta el hospital—. No sabemos nada más, solo que se desplomó a mitad de un sesión fotográfica a causa de dolores repentinos en el estómago —explicó el de mirada verdosa.

Nie MingJue frunció el ceño y sacudió la cabeza en negación: —Él estaba perfectamente bien esta mañana cuando me fui a la constructora, ¿Cómo demonios sucedió esto?

—Ninguno de nosotros ha podido explicar algo extraño sobre A-Cheng, porque no habíamos notado nada mal en él —se escuchó la voz de Lan WangJi cuando apareció desde el pasillo que conecta con la recepción.

—Pero los médicos deberían de saber por qué, deberían decírnoslo —Nie MingJue dejó escapar un suspiro, todos estuvieron al pendiente por si de un momento a otro se le ocurría lanzarse a los golpes con algún enfermero o doctor con tal de que le dieran alguna información sobre su omega.

—MingJue, cálmate —dijo Wei WuXian mientras se acercaba, envolviendo con valentía al alfa más grande en un abrazo fuerte y que pretendía ser reconfortante—. Lo entiendo, todos lo entendemos. Todos estamos muy preocupados por él, pero no podemos hacer nada más que esperar hasta que lo saquen del quirófano para solucionarlo. 

Wei WuXian tenía que admitir que él estaba igual o más angustiado que todos, sin embargo, debía mantenerse tranquilo frente los demás alfas, ya que, después de todo era el primer alfa de Jiang Cheng, por ende era el que tenía mayor jerarquía en la manada, después de su amado omega. No podía darse el lujo de descuidar la situación, porque sabía que en cualquier momento todo se podría ir al demonio.

Y, mientras Wei WuXian intentaba relajar a Nie MingJue, Lan WangJi y Nie HuaiSang estaban sentados uno al lado del otro en las sillas de espera.

—A-Cheng va a estar bien, ¿Verdad, A-Zhan? Él tiene que estar bien, tiene que regresar con nosotros —murmuro el de mirada verdosa, mientras cerraba sus ojos y echaba su cabeza hacia atrás apoyándola en la pared. 

Lan WangJi miró hacia su compañero alfa y lo analizó detenidamente, no importaban los años que llevase de conocerlo, aun no podía describir del todo la personalidad del menor de los Nie. Debido a su apariencia bonita y un poco frágil o torpe, a simple vista parecía ser más un beta u omega que un alfa, sin embargo, aquello era solo una fachada, dejando de lado sus dotes actorales debido a su área de trabajo, Nie HuaiSang era muy inteligente y calculador, lo cual agradecía ya que muchas veces lo había ayudado con algunos de sus casos. Verlo afectado de esa manera, sin importar su mente racional, solo demostraba cuanto amaba y se preocupaba por Jiang Cheng.

—Jiang Cheng es fuerte, A-Sang, por supuesto que estará bien —fue todo lo que dijo, pero fue suficiente para Nie HuaiSang, todos sabían que Lan WangJi no era de muchas palabras, pero siempre que hablaba lograba transmitir su mensaje correctamente. 

El alfa de mirada verdosa asintió y procuró mantener sus nervios a raya, mientras que Lan WangJi se dedicó a apreciar la marca en su antebrazo derecho, aquella marca en forma de una pequeña nube era precisamente la muestra de su unión destinada con Jiang Cheng. Aun recordaba a la perfección el día en que lo conoció personalmente, recordaba como el omega estaba siendo acosado por unos paparazzis que le impedían entrar al hotel en el que estaba hospedado, por supuesto, él, que estaba por salir del mismo hotel no pudo dejar pasar la situación y decidió ayudarlo.