Capítulo 7★

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Cara de muerto.

...

Narrador★

Un rubio caminaba por el circo, con pisadas flojas y brazos caídos. Por cada dos pasos soltaba un bostezo, el cansancio se reflejaba en sus ojos, ojos cuales estaban ojerosos, párpados caídos. Parecía un muerto.

Caminó con pereza hasta la cocina que estaba dentro de una de las tantas carpas del circo, encontrándose así a todos los demás miembros restantes quienes giraron sus rostros al sentir a alguien más entrar a la carpa.

Dispuestos a dar un buenos días giraron a ver al chico. Rápidamente el rostro de todos cambió a uno sorprendido, ya que, el chico se veía muy mal.

Ignorando las miradas de los otros, se acercó a una de las sillas de bar que estaban en el mesón y se sentó apoyando sus codos en el mesón y su cabeza sobre sus manos. Aquellos no habían dejado de verlo.

  El de pelaje morado, se acercó lentamente al aprendiz de payaso; tocó su hombro con timidez. —¿Popee...? —lo llamó suavemente.

—¿Hm? —fué lo único que pudo pronunciar aquel chico, ni siquiera le dirigió la mirada al lobo, simplemente soltó ese ruido con tono cansado.

—Popee, el desayuno. —habló esta vez su padre, quien acercó un plato de comida al chico.

—Hm... —soltó para ver su plato, cuando fue a comer una de las tostadas su rostro cansado cayó sobre el plato de comida.

Todos los presentes abrieron sus ojos como platos (típica narración, ugh) y se alarmaron un poco, la única fémina del lugar se levantó casi en seguida de su silla para acercarse al rubio. Puso su oreja, o bueno, lo que ella suponía que era una oreja, luego recordó que en realidad no tiene orejas, si no, orejas de animal. Acercó dichas orejas a la espalda del chico para intentar escuchar algo.

Soltó un suspiro de alivio cuando escuchó la respiración del chico, movió su cola lentamente sorprendiéndose en el acto, ya que, este había sido el único momento en el cual su cola había funcionado, había intentado moverla anteriormente pero simplemente no pasó así. Este era la excepción.

Miró su cola extrañada y luego a Popee, escuchó un ronquido de parte del chico. Miró a Kedamono que se había quedado esperando alguna reacción de cualquier persona.

Escuchó un suave ronquido proveniente del chico. —Está dormido —dijo la fémina a través de sus señas. El lobito asintió y sonrió.

—¿Lo llevamos a dormir? —dijo él moviendo su colita. La fémina asintió. Ambos llevaron al rubio con ambos brazos recargados sobre sus hombros.

Caminaron por el circo mientras hablaban y reían, bueno, sólo el lobo, el cual le contaba a su compañera algunos sucesos que había pasado junto al rubio, cosas que hacían reír a la fémina. A pesar de las risas, el mayor no se despertaba; estaba profundamente dormido.

Llegaron a las sillas de extensión que tenían allí. —No me gusta este lugar para dormir... —habló el lobito. La fémina asintió dando señal a que estaba de acuerdo. Ambos se miraron y vieron las sillas, rápidamente el lobo dejó acostado al chico y arrastró la 'cama' de Popee a una carpa cercana.

¡¡𝐍𝐨 𝐓𝐚𝐥𝐤!! '♡︎'  [𝘗𝘰𝘱𝘦𝘦𝘹𝘵𝘶́]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora