Neumáticos chirriando, miedo, gritos y dolor...mucho dolor. Un dolor que pensé que era el peor que había experimentado, hasta que abrí los ojos y miré en su oscura mirada sin pestañear. Me di cuenta, mientras caía lentamente en la inconsciencia, al mirar fijamente sus ojos sin vida y sus cuerpos destrozados, que estaban muertos, que me los habían arrebatado. No podía moverme, no podía hablar, no podía respirar. Lo único que mi mente podía gritar era: “Por favor, déjame morir con ellos”. Debería haber sabido que no debía esperar ningún indulto de la vida: ahora era el momento de vivir en mi infierno, mi purgatorio...mi penitencia.

ESTÁS LEYENDO
LA VIDA DE UN MAFIOSO
RomanceEl amor puede ser su salvación...o su perdición... Yisairy Thomson Manor es como yo: maldita y no deseada. Aceptar un trabajo allí como ama de llaves interna es mi única opción. Nadie quiere contratar a la hija de unos infames asesinos en serie. Pe...