STRANGE ; 𝓣𝓞𝓛𝓛

00

El pequeño se encontraba buscando a su padre, buscando habitación por habitación y llorando por la desesperación. Su madre lo agarró en sus brazos y limpió las lágrimas del pequeño con su guante de tela blanco y delicado. La casa se encontraba en llamas, quedando poco a poco cenizas de tal construcción que contenía recuerdos inolvidables, llenos de amor y felicidad. La madre sacó rápido al pequeño, aguantando las lágrimas y la desesperación, de la casa en llamas, o más bien mansión. Las habitaciones con llenos de recuerdos, sentimientos, acciones, pensamientos, destruyéndose por el acto del fuego, petrificando al niño de cabello negro. Toda la gente que trabajaba en tal mansión salió corriendo a ayudar a la madre junto a su pequeño, cuestionando si estaban bien e inspeccionando si tenían algún herido por el incendio. Las personas le gritaban al niño su nombre, Bill.

Bill miraba fijo la mansión, su casa, su hogar, su lugar lleno de recuerdos, destruyéndose y quedando en miserables cenizas. No se encontraba herido físicamente, podía sentir su corazón golpear su pecho, su respiración agitada. Su corazón se encontraba herido, una espada se había clavado justo en el medio de su corazón, dejando salir sangre, aunque, tan solo era una metáfora.

«Sin importar qué, Billy, sigue tus sueños. No dejes que nadie te detenga.» Recordó Bill al ver la oficina de su padre en cenizas. Su padre no pudo cumplir su sueño de expandir su negocio ni escribir libros, Bill quería que su padre cumpliera sus sueños, al igual que su padre quería que Bill cumpliera sus sueños. ¿Por qué en la balanza Bill estaba en lo más alto? ¿Qué había hecho Bill para estar en la cima?