Capítulo 8: Todo es culpa de Mark Lee

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Jimin nunca ha estado cerca de enfrentar la muerte, pero la idea de que Chenle haya escuchado la conversación la tiene al borde de un ataque cardiaco.

El castaño miraba a ambos pelinegros, pero su mirada juzgadora recaía más en su hermano. Jeno por su parte estaba a nada de echarse toda la culpa al ver que Jimin parece un ciervo asustado a punto de ser atropellado.

—Hermano yo-

—¿Por qué traes mi camisa Jeno? —miro a su hermano de arriba abajo y se mordió la lengua al darse cuenta de que esa camisa le queda mejor al pelinegro.

—¿Qué?

—Estuve mucho tiempo buscando mi camisa, aun no termino de arreglar mi cabello y además un chico con el que me estaba escribiendo dijo que iba a estar en Hot Sauce —hablaba mientras caminaba de un lado a otro—. Ahora necesito que te quites mi camisa y vayas a prepararte.

—Pero es mi camisa, estaba en mi equipaje. —El pelinegro miro la camisa blanca y jalo de la tela—. Aunque no recuerdo empacarla.

—Estaba allí porque la guarde de último momento en tu equipaje. —El castaño soltó un quejido—. Quítate la camisa Jeno.

—Si insistes.

El pelinegro aun parece no entender nada, pero su hermano se ve molesto y ya no quiere lidiar con un Chenle quejumbroso. Comenzó a desabotonar la camisa sin moverse del lugar.

Jimin que se estaba recuperando del susto fue tomada por sorpresa al ver los abdominales de Jeno en primera fila. Se recordó que no debe estar mirando tanto a Jeno, menos con la presencia de Chenle, pero sus ojos no la obedecían.

—No te la quites aquí, anda a tu habitación. Exhibicionista.

Chenle se dio cuenta de que Jimin estaba mirando a su hermano y se aclaró la garganta para llamar la atención.

—¿Y tu novia dónde está?

—Ella... estaba arreglando el maquillaje con Ningning.

—Yo no dejaría a tu novia con esa tipa, puede ser una mala influencia.

—Ve a cambiarte, se te hace tarde. —Jeno le arrojo la camisa a su hermano a la cara al escucharlo hablar mal de su amiga.

El pelinegro ya estaba cansado de la actitud de matón del castaño, se fue a su habitación intentando ignorar a Jimin y dar por terminada la incómoda conversación.

—Voy a ir a ver a las chicas. —Jimin se disculpo y se fue del lugar.

Chenle se quedó de brazos cruzados. No le gustaba las interacciones que estaba teniendo ese par. Era obvio que estaban teniendo una conversación interesante, pero su impulsividad al ver la camisa que tanto buscaba no le permitió darse un tiempo para intentar escuchar a escondida lo que hablaban.

—Por eso no me agradan los bisexuales. —murmuro cruzados de brazos— Minjeong no puede enterarse.

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Minjeong estaba confundida cuando al bajarse del Uber Chenle la llevo lejos del grupo, el castaño parecía muy serio y pensó que era por el hecho de que aún es menor de edad como para entrar a un club, pero eso no era el problema.

—Tu novia estaba de ojitos alegre mirando a mi hermano.

—¿Qué? —pregunto asustada.

El castaño vio la expresión en el rostro de la rubia y se sintió mal, pero Chenle necesitaba decirle de sus sospechas porque su conciencia no lo dejaba tranquilo. Minjeong es como un cachorrito al cual juro proteger, desde que la vio borracha en su fiesta y tuvieron esa conversación sobre salir del closet.

No somos noviasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora