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– Bien Jason,está ha sido nuestra ultima charla,¿Cómo te has sentido? –

– Muy bien doctora Anna,me siento....no sé...feliz – esbocé una pequeña sonrisa,alguien tan pequeño no debería olvidar lo que es la felicidad

– Me agrada mucho que te sientas así,Jason,realmente has echo un gran trabajo,has mejorado mucho en nuestras últimas charlas – volví a sonreírle y me devolvió la sonrisa

– Si doctora

– Estoy muy contenta,me has demostrado lo fuerte que eres,¡Como Hulk! – me levanto de mi silla y hago poses graciosas,Jason se ríe a más no poder y a mí me llena de orgullo verlo reír de esa manera,ahora es todo mucho más fácil, llegó a mi siendo un niño de 5 años,venía de un hogar con padres abusivos que lo maltrataban física y verbalmente hasta que alguien los denunció y llegó a mano de asuntos sociales y les quitaron la patria potestad,estaba a tal punto mal que un simple roce le producía pavor,tenia terrores nocturnos que lo llevaban al colapso,no hablaba con nadie, siempre con su cabeza gacha,el ataque de la inferioridad que sus padres habían causado en él le habían dejado bastantes secuelas,físicas y sobretodo psicológicas,cuando llegó a mí estaba tan asustado que se desmayó antes de la primera toma de contacto y me costó meses oírle decir alguna palabra y jamás me miraba directamente,cuando un niño así llega a mí la clave es la paciencia,crear un vínculo, que se sienta a salvo, protegido,tranquilo,convertirse en su lugar seguro,los primeros días nunca hablamos,solo me limitaba a estar en silencio,a su lado,sin intimidarme,sin asustarle, dándole su espacio y dejando el mio abierto por si quería entrar, tranquilos,sin hacer nada,solo pasar el rato,estar ahí para él,a veces me miraba de reojo,intentaba analizarme, averiguar si yo era de los buenos o de los malos,lo dejaba hacerlo y poco a poco se fue relajando, pintábamos juntos,bebiamos refrescos y comiamos chuches,aún no me hablaba pero al menos mi compañia no le resultaba incomoda y empezaba a sonreír,lo normal en un niño que ha sufrido abusos,todo ese tiempo yo lo analizaba,sus gestos tímidos,su comportamiento anómalo,sus miedos irracionales,todo lo que necesitaba para sacarlo de ahí,de ese mundo donde su mente de niño feliz estaba enclaustrada,ningún niño debería vivir en un mundo de oscuridad,hoy después de tres años al fin Jason puede decir que es un niño feliz y me eso llena de orgullo y satisfacción y no porque piense que haya sido obra mía,sino de él,de su esfuerzo,de sus ganas de luchar,de salir adelante, de superarse día tras día y admirarlo desde primera linea ha sido todo un privilegio

– ¿Vendrás a mi partido de beisbol?,Lo prometiste – la ilusión en su mirada.....

– Y yo siempre cumplo mis promesas,¿Verdad? – le guiño un ojo y el sonríe – Claro que sí,en primera fila y con la pancarta más grande que hayas visto en tu vida – los dos nos echamos a reír,aunque él en un momento para de hacerlo

– Gracias doctora Anna.... – su semblante se vuelve algo serio

– ¿Por qué? – es bueno hacerle preguntas a sus afirmaciones para que siga expresando sus sentimientos

– Por no fallarme nunca – mis ojos se humedecen,no puedo evitarlo,Jason...me recuerda a mí

– No tienes nada que agradecerme,todo lo que has conseguido ha sido gracias a tu propio esfuerzo,yo solo he estado ahí para ser un apoyo emocional,como un bastón,de esos que llevan los mayores para apoyarse al andar

– Pues gracias  – me deja una sonrisa llena de ternura y no me queda más remedio que aceptar su agradecimiento

– De nada, Jason

– ¿Nos volveremos a ver? – se que es duro para él que vayamos a separarnos,pero aquí ya ha cumplido un ciclo,ya ha alcanzado su objetivo y tiene que pasar a otros departamentos

AMIGDALADonde viven las historias. Descúbrelo ahora