Arzen y Leucon llegaron a la aldea y se encontraron con un escenario brutal. Bestias, sin rostro, sin ojos y hambrientos, devoraban las almas de los habitantes de la aldea. La desesperacion parecían haberse apoderado de todo, y el aire estaba lleno de gritos y llantos.
Arzen sintió una ola de ira crecer en su interior, las sombras que le rodeaban parecían intensificarse y expandirse a su alrededor. Sin embargo, su abuelo Leucon lo llamó a la calma.
--Arzen, debes controlar tus poderes. No puedes permitir que la oscuridad y la ira te consuma --dijo el anciano guerrero.
Arzen asintió y se preparó para la batalla. Tomó sus espadas y avanzó hacia las bestias, con Leucon a su lado.
Las bestias rugieron y se abalanzaron sobre los dos guerreros. Arzen y Leucon lucharon con Habilidad, esquivando los ataques y contraatacando con fuerza, el estilo de batalla de ambos se complementaba.
Las espadas de Arzen brillaban con una luz tenue, sus ojos siempre cerrados manteniendo una concentración impecable y cada golpe que daba parecía más fuerte que el anterior, su Ceguera no lo imposibilitaba para Luchar. Leucon, por su parte, luchaba con una destreza y fuerza impresionantes, a pesar de su avanzada edad.
La batalla se intensificó, y las bestias parecían multiplicarse por momentos. Arzen y Leucon se encontraban rodeados, y la situación parecía desesperada. Sin embargo, los guerreros no se rindieron. Pelearon con todas sus fuerzas, sabiendo que la vida de los habitantes de la aldea dependía de ello.
Arzen perdió concentración para suprimir su ira, pues los gritos de la Gente eran desgarradores, en su interior lo llevaron al punto de quiebre.
Leucon desenvaino su otra espada, una espada especial forjada para destruir lo Vil La Espada: Elafry Xifos
No fue desenvainada para matar a las bestias, no eran los Espectros que le Preocupaban, Arzen había perdido el Control.
Leucon grito: --Arrrrzeeeennn!!! Caaaaalmaaate!!!-- a modo de orden.
Irá broto desde el interior del Pequeño Tenebris y gritó con furia, dos Sombras en forma de brazos con manos salieron de las cuencas de sus ojos mientras se alejaban de el se hacian gigantes tomando a las Bestias y apretandolas con fuerzas para luego atraerlas a los ojos de Arzen y unirlas a Arzen... Las bestias rugieron con dolor y se desvanecian una a una dentro de los ojos del Pequeño Arzen. Arzen cayó de rodillas y aún las sombras que lo habitaban, eran insaciables, pues consumían las Bestias que asolaban a la Aldea de manera desproporcionada.
Leucon No Podía Creer lo que veía. Grito:
--Arzen Niiñooo pooor favoor!!! ---
Mientras empuñaba su espada y se preparaba a Atacar.
Las sombras al consumir a las bestias, ganaban poder y estaban tomando forma de algo desconocido. Arzen solo gritaba, sentía un Dolor indescriptible...
Leucon Corrió en diréccion a Arzen, no podía permitir que esa Aberración quedará Libre en el Mundo, su deber como Guerrero era Pelear para que la Luz Prevaleciera, Arzen aún no Dominaba las Sombras.
Leucon: -- Lo Siento Pequeñito --
En un Movimiento Rápido la Espada de Luz se alineó con el cuello de Arzen mientras desprendía una Luz Incandescente.
En un segundo...
Arzen con su Mano detuvo la Espada Legendaria antes de que lo decapitara, en ese instante, aquella espada resplandeció cómo Nunca. El único lugar donde las Sombras no sentían que se desvanecian fue en el interior de Arzen.
El niño cerro sus párpados y solo se puso de Pie y Abrazo a su Abuelo que aún se mantenía en Pose de Batalla, atónito, no sabía que había ocurrido.
Solo sintió el cuerpo frío de su nieto abrazándolo
Arzen susurro: -- Perdón Abuelo -- y lloro en silencio mientras su rostro se hundía en el pecho de su abuelo.
Algunos aldeanos lloraban, se escuchaban a lo lejos ya que habían perdido sus seres queridos y otros agradecidos porque todo había terminado.
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Arzen Tenebris: Camino hacia la Luz
Random"En un mundo de terror y caos, un niño ciego llamado Arzen lucha contra las sombras que lo dejaron sin vista, mientras descubre que alberga en su interior a una deidad oscura que lo obligó a cometer un terrible acto: el asesinato de sus propios padr...