Tengo Una Tienda De Recursos Infinitos

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Capítulo 396: Secuestro del cielo (Parte 1)

Los cuatro futuros estudiantes de secundaria miraron al mismo tiempo. Originalmente había una pared de vidrio allí, pero toda se rompió en el colapso y expuso completamente el otro lado. Podían ver el cielo oscuro afuera.

Quizás fue por el tsunami, pero el cielo estaba más oscuro en las primeras horas de la mañana. Pero en ese momento, había una luz tenue.

"Ten cuidado y gatea. Hay helicópteros afuera. Llamar por ayuda. Alguien vendrá y te salvará..."

"¿Eh?" Uno de los estudiantes de secundaria no sólo era alto y delgado, sino que también era extremadamente ágil. Inmediatamente trepó por la pared y se agarró a un objeto que sobresalía, asustando a los demás.

"¡Ten cuidado!"

"¡Mono, más despacio!"

Tan pronto como terminaron de advertirle, el edificio que se derrumbaba tembló. Mono perdió el equilibrio e inmediatamente se deslizó hacia abajo.

"¡Todo!" Las dos niñas estaban tan asustadas que cerraron los ojos.

El hombre de mediana edad rápidamente se acercó para agarrarlo. ¡Una gran sección de la barra de acero fue arrancada de su cuerpo y casi se desmaya por el dolor! Sin embargo, el chico llamado Mono era excepcionalmente ágil. Él mismo agarró algo y finalmente subió con éxito a la ventana.

En ese momento, el edificio había dejado de temblar, como si hubiera encontrado un equilibrio temporal. Al final, sólo quedaron cinco de ellos.

"¡Ayuda! ¡Aqui! ¡Estaban aquí!" Mono trepó al borde de la ventana con todas sus fuerzas, agitando el objeto que tenía en la mano y gritando: "¡SOS!".

Los miembros del Escuadrón Metahumano, que acababan de volar desde el edificio derrumbado al otro lado, inmediatamente escucharon su voz ronca. "¿Mono? ¡Es Mono! Gritó un chico con los lentes rotos y casi se levanta. "Esos son nuestros compañeros de clase. ¡¿Por favor, puedes salvarlos?!"

"¡No hay necesidad de rogar! ¡Iré ahora! Qing Mo voló el helicóptero y los salvó en un abrir y cerrar de ojos.

"¿¡Monitor!?" Los niños de la escuela primaria gritaron emocionados. "¿Cómo has llegado hasta aquí? Nos asustaste hasta la muerte. Afortunadamente, estás bien..."

"Yo estaba en otro edificio y la situación allí era muy similar.

Afortunadamente, muchas personas han sido rescatadas". Sus gafas estaban rotas, pero eso no ocultaba la luz de sabiduría y calma en los ojos del niño.

Algunos de ellos asintieron repetidamente.

"Un hombre... ¡Hubo un hombre que nos salvó! ¡El fue herido! ¡Barras de acero le perforaron el cuerpo! Dijo ansiosamente el delicado niño al que le encantaba llorar.

Octavo miró el edificio que estaba en peligro y sintió que ya estaba perdido. Sin embargo, se sorprendió al ver quién era. "¿Zhan Chunhui?" "¿Qué?" La reacción de Qing Mo fue más lenta, como si estuviera tratando de descubrir quién era esa persona.

Algunos estudiantes inmediatamente gritaron emocionados: "¡Es el alcalde! ¡Es el alcalde de la ciudad de Jieming!

Antes de que pudieran terminar su frase, el edificio frente a ellos comenzó a hundirse nuevamente, ¡y parecía que estaba a punto de colapsar!

La expresión de Qing Mo cambió ligeramente. Octavo no dudó más. Rápidamente salvó al hombre con una serie de duras acciones que ningún simple humano podría realizar.

Algunos estudiantes lo miraron con asombro y admiración. "¡Eso es increíble!"

Octavo levantó ligeramente la barbilla. Su mal humor, causado por Tang Susu, de repente se iluminó.