feeling like the end. (xiaoven)

eighth day.

Xiao se encontraba tirado en su cama, mirando al techo y preguntándose "¿qué hice mal?" mientras sus amigos Aether, Zhongli y Ganyu lo observaban, juzgándolo silenciosamente.

"Yo les dije que es un idiota, seguro tiene mil novios y otros mil pretendientes, debe ser un asco de persona."

Así se quejaba el peliverde, completamente indignado ante el accionar de su amor a primera vista.

"Xiao... Me hiciste conducir media hora para venir a escuchar tus fracasos amorosos y ni siquiera nos has dicho qué pasó, te voy a pedir que por favor nos digas el contexto de todo esto y nos permitas entenderte."

La demandante voz de Zhongli rompió el silencio que los amigos mantenían, porque claro, Xiao los invitó a su casa para que lo vean quejarse, sin decir una sola palabra de lo ocurrido.

"Le di mi número en una servilleta, no me ha hablado y ya pasó una semana. ¿Ustedes creen que haya pensado que soy feo? tampoco es que él sea muy lindo, yo sabía que era un egocéntrico... Se acabó todo con ese mesero."

"Por favor, no se puede acabar algo que ni ha empezado."

Esta vez se pronunció la voz del rubio, Aether, ya cansado de las quejas que su mejor amigo soltaba, debía admitir que ser amigo de Xiao era casi como una tortura y que esto era su pan de cada día, ser invitado al hogar de Xiao para escuchar cómo se queja de su propia vida y no dar soluciones a sus problemas era un plan que solía frecuentarse bastante en el grupo de amigos.

"Aether no seas malo con Xiao, está triste."

Y finalmente alguien defendía a Xiao, se trataba de Ganyu, la más comprensiva del grupo, la que solía frenar las constantes burlas hacia Xiao. Su especialidad era tranquilizar cualquier sentimiento negativo que sus amigos tuvieran, a pesar de ser ella una persona bastante ansiosa, le gustaba la idea de ayudar a sus amistades, por más patéticos que estos fueran.

"Por fin alguien me entiende, por eso las mujeres son mejores en todo que los hombres, ustedes son unos simios."

Xiao atacó a sus amigos, escondiendo su rostro avergonzado por la situación en su almohada, suspirando con fuerza mostrando su frustración.

"¿Saben qué? necesito que se vayan, ninguno aquí me ayuda y sólo defienden a ese mesero grosero, adiós."

El trío que intentaba ayudar a su amigo se miraron, alzaron los hombros y juntos se dirigieron hacia la puerta, abandonando al afligido Xiao que buscaba una respuesta al rechazo del misterioso chico que había robado su corazón.

Y mientras tanto Venti... Él no tenía idea de lo que estaba pasando, hasta podía asegurar que no recordaba a ningún chico de cabello negro con mechones verdes en la cafetería donde trabajaba.
Pero... ¿Podían juzgarlo? en un día van más de 20 personas a esa cafetería, es imposible recordar un rostro en específico.