Capitulo 6: Pálpitos

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Spoiler: Lana del Rey.

Ailín

Nuevamente me desperté, sin recordar absolutamente nada de la noche anterior. Por suerte tuve a Cole a mi lado durante toda la mañana y me explicó lo que pasó. Además de hacerme un té y darme una pastilla para la resaca.

-¿Enserio vomité tu camisa? Mierda...- Los dos reímos.

-Tuve que sacarmela para llevarte a tí, Jackie y Danny para casa y dijiste algo como...- Se quedó pensando.

-¿Que dije?- Sonreí.

-¿Comer algo con la mano? Era mejor que eso...- Comencé a reír- ¿Es gracioso?- Me miró atento.

-¿Puede ser que hay dicho "Mejor que comer pollo con la mano"?- Hice las comillas con las manos, él asintió- Básicamente dije que eras igual de lindo que Brad Pitt...- Rió al escucharme.

-No fue lo único que dijiste...- Dejó de reír de manera lenta y me miró- ¿Recuerdas lo que me dijiste antes de dormir?- Negué con la cabeza- Dijiste algo sobre que morirías pronto y yo...- Suspiró- Siempre me dices que estás bien, pero de repente dices cosas como esas y no sé que pensar, quiero que tengas la confianza para decirme si algo anda mal o hablar sobre tus problemas para poder ayudarte con ellos...- Se acercó y besó mi frente a modo de apoyo.

Sinceramente no sabía que responderle, no recordaba haber dicho eso y no había pensado en la muerte desde que tuve la primera pelea con mis padres.

-Tal vez estaba demasiado ebria para pensar o hablar con claridad...- Murmuré.

-Ya sabes el dicho, Lin...- Susurró con preocupación.

-Las palabras más reales son la de un niño y un ebrio...- Él asintió- Este no es mi caso, tranquilo...- Lo besé, intentando que piense en otra cosa.

La cosa es, que no le había dicho a nadie que los desmayos eran constantes, que el cansancio y dolores en el cuerpo no se iban. Mi pulso muchas veces se aceleraba sin razón o mi cuerpo momentáneamente dejaba de funcionar. Las migrañas sin anticipación y la falta de concentración y comprensión que estaba teniendo.

Había bajado mucho de peso, en estos meses. La última vez que me paré en la balanza pesaba 59 kilos y hace unos días lo hice y estoy en los 34. Mi peso ideal era este, los treinta en realidad, pero mi cuerpo no está respondiendo de la manera que esperaba.

Yo me siento bien. Pero no me veo así, en el espejo siempre voy a tener esa imaginen mía con sobrepeso, siempre voy a ser la más gorda de todo el pueblo y sé que no voy a ser bonita como todas las demás chicas con las que él se acueste. Lo intenté, mucho y lo seguiré intentando. Pero internamente sé que nunca voy a cumplir esa meta o idea que mi cabeza me esté proyectando.

-Te encantará esto...- Sonrió y se recostó a mi lado, abrazándome de la cintura.

-¿Ah sí? Cuéntame de que trata...- Lo miré.

-Mis pares dijeron que estarás todo el día conmigo y con Jackie haciendo deberes de la casa...- Rió.

Yo lo miré con mi mejor cara de indignación, ¿Que tenía que ver en todo esto?

-¿Es enserio?- Pregunté y le saqué el celular.

Efectivamente, ahí estaba el mensaje de George diciendo "Ven con Ailín a casa, ayudarán con los deberes domésticos".

-Vamos... Mamá me dijo que hizo el desayuno...- Se levantó conmigo en brazos.

Al no esperar eso, grité de la sorpresa.

Bajame rubio tarado!- Grité riéndome.

Él me miró con el ceño fruncido.

-¿Tarado?¿Es una comida?- Comencé a reír.

SECRETO - COLE WALTERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora