_Parte one_

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Narra escritora

Una noche muy fría de invierno se encontraba Madame Adelaida saliendo del teatro luego de un espectáculo junto con Duquesa.
Estaban por subirse a la carroza cuando de repente escuchan unos maullidos pero que eran maullidos muy horribles como si estuvieran lastimando a un gato.
En eso Adelaida se acerca con prisa hacia un callejón y su mayordomo, Edgar, la sigue pues no iba a permitir que vaya sola hasta algo que puede ser peligroso.
Cuando llegaron se encontraron a un gato joven lastimado en todo su cuerpo.
Duquesa al verlo baja de los brazos de Madame Adelaida para acercarse al extraño.

Duquesa: Por Dios ¿que fue lo que te paso? -dice muy preocupada-

El desconocido iba a contestar mal hasta que se dio cuenta que solo era una gata.

X: No es nada -dice sin ánimos-

Duquesa: Permítenos ayudarte -El desconocido mira incrédulo a Duquesa pues los humanos cuando venían un gato en las calles hacían de todo menos ayudar-

Adelaida: Ay pobrecito -dice queriéndose acercar pero el gato empieza a hacer un sonido para que se aleje-

Duquesa: Por favor sólo queremos ayudarte -Mira al gato con súplica-

Adelaida toma al joven gato en sus brazos y este solamente se hallaba tan cansado que se dejó tocar y acariciar.

Adelaida: Vámonos a casa -dice para subir a la carroza junto con duquesa y el gato-

Al llegar a la casa duquesa se quedaba al lado del desconocido mientras que Adelaida intentaba curarlo.

Adelaida: Ay ya tranquilo -acaricia al pequeño gato- Aquí estas a salvo -Mira al gato que era muy lindo y único- aquí te trataremos como un principe -dice abrazando al gato con cariño para luego exclamar sorprendida- ¡¡Eso es!! Prince, Prince sera tu nombre

Prince mira a Adelaida para luego ver a Duquesa que tenia una sonrisa muy linda para luego ser también acariciada por Adelaida.
Desde ahí Prince se había convertido en un integrante más a la familia aunque era más callejero que un Aristogato.
En una mañana en Paris se encontraba la Madame Adelaida con sus gatos paseando en carroza.
Cuando llegaron a su casa, los gatos bajaron de la carroza.

Duquesa: Ven acá Berlioz -dijo mirando a su hijo- ¿No olvidas algo querido?

Berlioz: Si -Dijo mirando a su madre para luego ver al caballo- Gracias señorita Fru-Fru por llevarme en su lomo

La yegua que miraba con ternura al pequeño gato sonríe.

Fru-Fru: Fue un placer jovencito -sonrie mirándolo-

Berlioz: ¿Lo dije bien Tío? -sonrio viendo al gato que se acercaba-

Prince: Muy bien Berlioz -sonrio mirándolo-

Duquesa: Como todo un caballerito -dice mirando a su hijo-

Madame: Duquesita, prince, niños -dice mirando a los gatitos- vengan ya -sonrie para entrar a la casa-

En la habitación de Madame Adelaida donde ella se probaba un hermoso atuendo mientras esperaban al abogado para hablar de la herencia.
Los Gatos iban a recibir toda la herencia de Madame Adelaida haciendo que Edgar su mayordomo se enoje por esto mientras escuchaba todo desde su habitación mientras juraba hacer desaparecer a los gatos.
Era de día y se veían a tres gatitos pequeños jugar en el patio para luego correr hacia la puerta pequeña.

Aristogatos (Thomas O'Malley x male reader) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora