Un pequeño con un adolescente, el niño se encontraba quitándole la cadena del cuello con divertidez, mientras que el niño grande se encontraba quejándose.
-no lo se..
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Estar enfermó, aglo que podría llegar a incómodar a una persona, pues de siente de lo peor.
Así estaba nuestro pequeño amigo, el cual estornudaba casquibajo, el español entró para dejarle aquel castigo dado ayer. Pero al entrar, se encontraría con la sirvienta atendiendo a su pequeño, cual ella le ponía un trapo mojado al pequeño.
-T-Tina. ¿Podrias dejarnos un tiempo a solas?- aculpado hablo.
-Claro, su majestad- se paró delicadamente para salir del cuarto grande.
El pequeño miro al español con una mirada asustada, se escondió entre las cobijas de terciopelo. Culposo el adulto de tal castigo que le había dejado al niño de tan sólo 6 años:pero el le habia dicho que era disciplina.
-Nue-Hijo.. Enserio perdóname- dijo mientras miraba al menor. El Imperio estaba avergonzado, nunca había visto a una colonia que tuviera ese tipo de regaños, pero era su mejor colonia, tenía que hacerla mejor que cualquiera.
-Esta bien. Papá- dijo más tranquilo, destapando un poco más su cara. Estornudo fuertemente.
-Crio. Me tengo que ir a una reunión, con un amigo. ¿Si?, quizás tarde, 1 año
En el patio el niño con la pijama mientras abrazaba su nuevo obsequio, un peluche de gato , finalmente, el carrusel. Avanzó.
