Carta a mi infancia

0 1 0
                                    

Mary bonita, ¿cómo estás? Te escribo para saludarte y poder platicar un poco de cómo son las cosas por acá.

Las cosas han cambiado mucho desde que no estás; ¿sabes?, nuestras heridas ya casi no se ven, ya no están las de la cara y hace un tiempo nuestros brazos dejaron de sangrar, ya no nos vendamos ni usamos mangas largas, pero, ahora nuestras manos hay que cuidar, aveces nuestros dedos están llenos de cinta y duele cuando las cosas intentamos agarrar, pero soportamos el dolor y fuertes nos solemos mostrar.

Aun nos gustan mucho los juegos, somos competitivas y siempre queremos ganar, pero ahora aceptamos las derrotas, las aprendimos a disfrutar.

Por fin estamos en clases de baile, no es ballet como queríamos o la danza contemporánea que nos enamoró, pero es HipHop, un género que nos interesó mucho y nos está retando a mejorar.

Nuestra mente ya no es igual, antes tenia color, era brillante y llena de ideas, y aunque la melancolía permanece, la ansiedad ganó, ahora es lúgubre, sangrienta y llena de rostros e imágenes que dan miedo.

Ya no tenemos miedo de personajes grotescos que vemos en la tele, ahora tenemos a las sombras que se mueven a través de la oscuridad, siempre nos recordamos no voltear a verlas, evitamos que se den cuenta que sabemos de su presencia.

Lamentablemente no logramos nuestro sueño, mucha gente se burló y tratamos de olvidarlo, pero ahora no tenemos ninguna motivación, nada que queramos lograr, nada por lo que queramos luchar. Muchas veces traté de mantener el gusto por cantar, pero nuestra voz sigue apagándose, el miedo nos controla, hace que quiera gritar.

Ya no podemos llorar tan fácilmente, después de las burlas no nos permitimos mostrar nuestras lágrimas, creamos paredes que no cualquiera puede atravesar, y no cualquier cosa nos puede afectar.

Ya no somos la sombra de Joyce, primero intentamos hacer todo lo que ella no haría, incluso una vez casi rompimos la promesa de jamás fumar, pero algo nos detuvo, entendimos que podían haber cosas en las que nos pareciéramos, pero no por eso seríamos igual. Ahora nos llevamos mejor con ella, aunque a veces nos irrita querernos desahogar y que la conversación termine siendo sobre ella, cómo si nuestra vida siguiera girando a su alrededor, pero tratamos de entenderla, sabemos que nos aconseja desde sus vivencias.

Después de la muerte de Diana nos volvimos solitarias, ninguna amistad era real, ya no era tan fácil hablar, y aunque a veces la extrañamos y nos preguntamos qué hubiera pasado si ella siguiera aquí, lo superamos y nuevas amistades pudimos encontrar, (pero te cuento un secreto, a veces nos queremos alejar).

La depresión nos llegó, no se sintió como creíamos, al principio fue feo, las voces no se querían callar y pensamos mucho en nuestra piel dañar pero poco a poco cambió, ya no sentimos nada, ni tristeza ni felicidad, no es difícil pararse de la cama, pero salir del cuarto es una guerra diaria que aveces no podemos ganar. Le hemos dicho a muchas personas que queremos morir pronto, porque ya no sentimos la necesidad de ocultarlo, pero debemos empezar a controlarlo para no deprimir a los demás con nuestra manera de filosofar.

Las pesadillas han cambiado, ya no tenemos las mismas, no vemos a los mismos monstruos y aunque son recurrentes aprendimos a pararlas antes de a la parte fea llegar.

Básicamente ya no estás tú, eres más como un recuerdo al que todos los días deseo volver. Extraño tu felicidad, tu manera de ver la vida, las ganas que siempre tenías de jugar y de ayudar a los demás, lo mucho que te importaban las personas y el carisma que solías mostrar, extraño la manera tan fácil que tenías de una conversación entablar, y lo bello que al mundo veías brillar.

Realmente te extraño mucho.

Hoy es tu cumpleaños número 23, hasta ahora ninguno ha sido bueno y tenemos miedo de lo que vaya a pasar, por eso intentamos estar lejos de casa y rodearnos de personas que no nos conocen bien, evitamos las felicitaciones porque las sentimos vacías, y preferimos la soledad. A veces deseamos que algo bueno nos pase en este día, pero no nos queremos ilusionar. No te desearé un feliz cumpleaños, pero te deseo que sobrevivas a este día, que lo puedas soportar y que aunque sea una cosa buena te llegue a pasar.

-MRM

¡Aviso!

Querido remitente su carta no ha podido ser entregada.

Por medio de la presente le informamos que su carta se ha perdido en el trayecto a su destino junto con otras 30 cartas más, una disculpa por el inconveniente que le hemos causado, nuestro equipo está trabajando para poder encontrarlas prontamente, y así entregarlas a su destinatario, nuevamente le pedimos una disculpa. En cuanto se localice su carta se le informará.

Servicio de entrega de mensajería CSE, "Compromiso y Seguridad en Entregas"

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jan 16 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Cartas sin entregarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora