El secreto del tigre

Te invito a un café

Es un cálido día en la ciudad, el sol está en su punto máximo y muchas fursonas buscan un lugar ideal para ir a almorzar o pasar el rato.

Cerca de una plaza hay un pequeño parque, en dicho lugar ya hace un tigre Albino de nombre Alex; de 24 años, trabaja como asistente en una clínica particular de la ciudad.

Hay ocasiones en la que Alex va a la plaza en busca de su almuerzo en su tiempo de descanso, pero parece que su atención deja de estar en el almuerzo y se centra más en otro tigre albino que aparece en dicha plaza.

Tal vez sea coincidencia, pero ese tigre ha llamado la atención de Alex, y es que, difícilmente puedes ver a otro tigre albino en la ciudad donde él vive.

Parece que ya dedujo que siempre va a la misma cafetería. También dedujo que podría ir a la cárcel por acoso, pero sabe que su presencia pasa por desapercibida por muchos.

En uno de los días, Alex se encuentra en el pequeño parque, sentado en una banca mirando su celular cuando de repente..

—  El tigre que ama en secreto se sienta a su lado —

Ambos no cruzan mirada. Alex está algo nervioso como para saludarle pero....

— Ambos cruzan mirada —

Hace un buen clima, ¿No es así? — le dice el tigre —

Si, asi es. La sombra de este parque es muy agradable también — le responde Alex —

Ya hace un poco de hambre — diría viendo su reloj — ¿Ya almorzaste?

¿Eh? ¿Yo? mmm, no, no. Aún no — diría algo extrañado —

¿Te gustaría acompañarme? A veces es bueno comer... acompañado

Bueno, solo si tu pagas jeje — diría con una voz un tanto bromista —

Eso es un trato — le responde con una sonrisa, para luego ponerse en pie e indicarle a donde iran a comer; y esa seria la cafetería que el tigre albino frecuenta.

Por cierto, me llamo Aaron. Mucho gusto

Alexander, pero puedes llamarme Alex.

Curioso que ambos nombres comiencen con A.

Y eso bastó para que ambos comenzaran a sentirse confianza uno al otro poco a poco.

Ambos llegaron a la cafetería donde ordenarian algo para comer. Alex pediría algo ligero, pues su tiempo no era tan extenso como el de Aaron

Ambos platican sobre pequeños detalles de su vida y lo que hacen.

Esa camisa que llevas se me hace peculiar — exclama Aaron —

Se le conoce como camisa pijama para enfermeros. Trabajo como asistente en una clínica.

Crei que eran trajes especiales que solo se usan en los hospitales.

Y si, pero cada sector usa un color distintivos. Hay algunos que identifican que área trabajan y son muy cuidadosos para evitar cualquier contaminación. Por suerte la mía no es tan estricta. Aunque sólo suelo salir a buscar algo de comer y regresar a la clínica a comer ahí.

Entonces no debo de preocuparme de que un tigre blanco me contagie de gripe — diría entre risa —

Tranquilo. La clínica donde estoy no es tan "contaminante".
Además, me invitaste bajo tu propio riesgo — le sonríe —

Vale la pena. No es muy común ver a otros tigres albinos por aquí

¿Y qué hay de ti? Veo que vistes de manera muy elegante. Hasta parecería que trabajas en alguna oficina — diría Alex con algo de curiosidad —

Diría que sí trabajo en oficina. Pero, no puedo contartelo aquí así no más

¿A no? — desconfía ahora de él —

Te lo cuento si nos vemos en una próxima cita

¿Próxima cita? — se sonroja mucho —

Si. Creo que ambos estamos en un mismo sentir. Espero no... equivocarme — desvía su mirada —

— Sonrie muy feliz — Créeme que si estamos en un mismo sentir — acaricia su mano —

Perfecto. ¿Nos veremos en una segunda cita? — toma una de sus manos —

Estoy libre el domingo

Se me hace mucho tiempo, pero esperare ese día — saca su celular —
Hay que intercambiar números para estar en contacto

Vale buen tigre — no puede ocultar lo feliz que está —

Y tras haber intercambiado número, Alex debe de retirarse y volver a su trabajo.
Ambos se despiden con la promesa de una próxima cita.

— Alex viendo la foto de perfil de Aaron de su whats —

Vaya, que tremendo brazote se esconde debajo de ese traje de abogado.
— sacarle captura de pantalla —