■AU MEDIEVAL!■
★---> Ella era bella y frágil como una rosa, el una bestia esclavo de sus impulsos...
♥︎ Ayako, una bella chica de un pueblo, que más bien no le interesa el amor, si no que leer, y gracias a eso la gente piensa que es rara. Su padre e...
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11: No tan malo como parece
Era otro día, el sol había salido y era de mañana.
En aquel bosque, en un lugar específico, se podía ver en un gran árbol a tu padre, quien seguía atado e inconsciente, de milagro había sobrevivido a la noche sin ser devorado por los lobos que rondaban.
Y, una mujer con capucha negra que cubría todo su cabello, vestimenta y mitad del rostro caminaba hacia el con una expresión preocupada, al llegar se agachó a su altura y lo movió un poco, dándose cuenta que efectivamente, estaba desmayado.
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Después de unos minutos, ahora se podía apreciar a esa misma mujer recostando a tu padre en una manta que estaba en el suelo, lo había ayudado a levantarse y lo llevo hacia el lugar donde permanecía, que era un espacio entre un árbol y el suelo y manta como techo colgado de la rama.
Seguido acto le sirvió té medicinal en una taza y se lo acerco, el mayor ahora parecía algo consciente pero no tanto, como si apenas se estuviera despertando.
- ¿D-Donde estoy? - Pregunto, algo asustado y preocupado.
- Aqui estas a salvo, bebé... - Le pidió acercando la taza.
Sin decir nada, el anciano comenzó a tomar aquel líquido que extrañamente al instante lo hizo sentir mejor, como si fuera algún tipo de magia.
- G-Gracias... - Le agradeció, esta hizo una reverencia.
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En aquella habitación, se podía apreciar a Sanemi acostado en la cama, mientras tú estabas a un lado suyo, leyendo un libro que te habías encontrado ahí y que casualmente conocías.
- "El amor ha de brindar forma y dignidad, el amor no se ve con la vista si no con el corazón, y por eso-" - No acabaste de hablar cuando el peliblanco te interrumpió.
- Y por eso al dulce cupido ciego no pintan" - Término la frase, tú lo miraste sorprendida antes de hablar de nuevo.
- ¿Leíste ese libro? - Interrogaste, algo emocionada por saber su respuesta.
- Tuve una increíble educación. - Comentó.
- Mi obra favorita es Romeo y Julieta. - Agregaste, notando que después de eso el mayor soltó un suspiro.
- ¿Porque no estoy impresionado? - Encuesto, tú abriste levemente la boca de manera indignada ante sus palabras.
Es como si te estuviera diciendo que tenía malos gustos o algo indirectamente.
