- Intercambio escolar ャ Jenlisa

8

Lisa y Jennie degustaban del pastel de chocolate que estaba sobre la mesa.

Ambas tenían una mano entrelazadas con la otra.

—¿Te gusta?

Lisa asintió.

—Esta muy rico.

Lisa tomó un poco betún con su dedo y lo embarró en sus labios, y luego miro a Jennie.

—Tengo betún, ¿me lo quitas? — Lisa quería un besito.

Jennie rio y tomo una servilleta y limpió el labio de Lisa.

—Pero....

—No me gusta el betún.

Jennie tomo el rostro de Lisa y dejo un besito en sus labios y otro más en su frente.

—Pero si tus labios.

Lisa se sonrojo dejando caer su cabeza en el hombro de su contraria.

—Lisa

La azabache levantó su rostro para ver el de Jennie mientras tomaba un poco de pastel con la cuchara.

—¿Paso algo?

Jennie negó.

—¿Te gustó?

Lisa abrió sus ojitos, sus mejillas se pintaron de un rojo carmesi mientras asentia.

—S-sí, mucho— Alegó aún con un sonrojo en su rostro.

Jennie sonrió e hizo un pequeño aplauso con sus manos.

Un mesero llegó con un pastel pequeño color blanco sabor a frambuesa y con el una pequeña sorpresa en el medio.

¿Quieres ser mi novia?

Lisa lo vio y su sonrisa se enchansó aún más volteando a ver a Jennie quien tomó su mano y dejo un beso en ellas.

—¿Quie...

Lisa dejó la cuchara y tomo el rostro de Jennie para dejar un beso en sus labios y uno en su mejilla.

—Sí, por supuesto que sí!

Jennie sonrió y abrazo a Lisa mientras el mesero se retiraba no sin antes decir,

"Arriba las novias".

Lisa y Jennie rieron por lo último.

—¿Tenías esto preparado?

Jennie asintió.

—Ahora puedo decir que eres mi novia ¿no?

Lisa rió y se escondió en el pecho de la mayor.

—Te quiero, Jen.

—También te quiero, cariño.

                               ☆

Lisa y Jennie caminaban con sus manos entrelazadas, hacia la casa de la menor.

—¿Debo entrar y pedirle permiso a tus padres?—Jennie balanceaba sus manos unidas de enfrente hacia atrás.

—¿L-Lo harías?

Lisa asintió.

—Haria cualquier cosa por ti.

Lisa se asintió y se acercó a Jennie, haciéndola detener para enrollar sus bracitos en su cuello y la contrario en su cintura.

—¿Cualquier cosa por mi?—Jennie asintió mientras acariciaba la cintura del menor—¿Incluso mi tarea?

—Me gustas, pero no haré tu tarea.

Lisa hizo un puchero.

Finalmente llegaron a casa y Jennie pidió permiso a los padres de la menor para poder salir con Lisa, el cual con mucho gusto fue dado, tardaron media hora despidiéndose mientras decían que un beso era el último pero después no, hasta que finalmente Jennie se fue.

la mayor llegó a su casa, saco sus cuadernos para empezar a hacer la tarea de Lisa.

El amor cambia a las personas.

Tal vez se desvelaría, pero un besito y un gracias de Lisa, valian la pena.