CAPITULO 8: REFLEJO

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Durante la carrera que libró (futilmente) en contra de su perro ignoró su cojera casi por completo producto de la adrenalina, lo mismo hizo con el dolor que moverse le producía. El espacio entre su posición inicial y la puerta del baño no era demasiado grande, pero, para Eliyah los segundos entre cada torpe zancada duraron minutos enteros. Fue dando tumbos mientras veía como la cola del animal desaparecía al dar vuelta para entrar al cuarto de baño y estando al borde de un colapso llegó al marco de la puerta, aferrándose a sus lados, para acto seguido contemplar horrorizado a algo que se erguía ante la bañera, y si no gritó fue debido a que para ese punto no le quedaba aliento.

Lo primero en lo que se fijó fue en su madre, quien yacía sobre los azules color crema del suelo con los ojos cerrados, su ondulado cabello se desparramaba sobre este. Muy cerca de ella, dos botas para lluvia se plantaban, la figura que las portaba le daba la espalda mientras una larga mano se acercaba a otro bulto en el suelo.

-¡CHESTER!- chilló Eliyah, el animal estaba en el suelo, en el mismo estado que su madre y por sobre el, una larga y delgada mano recubierta casi exclusivamente por estirada piel se movía suavemente haciendo circulos en el aire, casi parecía la de un esqueleto.

-por...porfavor...

La temblorosa mirada de Eliyah fue subiendo lentamente, analizando con pavor a lo que tenía delante. Portaba una larga chaqueta gris, pero parte de sus piernas (delgadas como dos postes) se podían apreciar debajo del final del vuelo aquella prenda, y sus anchas mangas (que a muchos les quedarían colgando) no eran capaces de cubrir sus brazos por completo, estos lucían tan famélicos como sus respectivos.

-ah...

Poco a poco Eliyah fue derrumbándose hasta quedar sentado, abrazando el marco de la puerta e intentando enterrar las uñas en el muro. Su respiración se tornó laboriosa en cuanto llegó a la capucha de esa cosa, por encima se alzaba un enorme cuello hecho de vertebras expuestas, similar al de una jirafa sobre el cual descansaba el mismo craneo que había visto apenas unos momentos antras, aquello aún le daba la espalda

El sucio cabello de la entidad caía penosamente sobre su respectiva espalada hasta que depronto el cuello crujió por segunda vez, torciéndose en un angulo irreal hasta conseguir que la cabeza quedara al reves, de esta forma, eso pudo regresarle la mirada atentamente con aquellos ojos, brillantes pero al mismo tiempo...vacios.

-p-porfavor, ella no

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-p-porfavor, ella no...e-ella no, p....p...- lagrimas calientes bajaron por las palidas mejillas de Eliyah, veía a esa cosa de pie, sin hacer otra cosa que mover la mano delicadamente por encima de la cabeza del perro -no les hagas daño ¡te lo ruego!

-...- la cabeza se inclinó, el sonido era como si los huesos del ser estuviesen rompiendo.

-que...¿Que es lo que quieres?- tartamudeó el niño -¿fuiste tu verdad? Tu causaste todo esto...- su voz se tornó rasposa.

El movimiento de la mano de aquello se de tuvo, por otra parte las piernas de Eliyah empezaron a levantarlo.

-¿que hicieron ellos? Sky, Charlotte y los demás ¿Que clase de culpa tenían?- masculló el, ahora con un tono de profunda frustración, arrugando la cara.

-¿q-que pasa?- sollozó -RESPO...NDEME -su voz se quebró.

En respuesta a sus palabras, los ojos de la entidad revolotearon por el lugar, a la par que la cabeza se acercó un poco mas a Eliyah, quien no retrocedió y enseñó sus apretados dientes.

-¡¡¡¿QUE MAS QUIERES DE MI MALDITO MONSTRUO?!!! ¿EH? ¡¡¡TE LLEVASTE MI REALIDAD!!!- bramó, encolerizado, la voz de Eliyah hizo eco en toda la casa.

La cabeza del ser se apartó levemente.

-¡¡¿YA ESTÁS FELIZ?!!! No, ¡¡¡TU NUNCA ESTARÁS FELIZ, O SATISFECHA!!!- gritó con aun mas rabia -¡¡¡NO HASTA QUE NOS MATES A TODOS, ¡¡¿CIERTO?!!

-¡¡¡VAMOS!!! ¡¡¡DIME ALGO!!!- el se tambaleó en su dirección, señalandole con el dedo indice de su mano derecha, la otra estaba hecha un puño a su costado -¡¡¡Y TEN LA DECENCIA DECENCIA DE VERME A LOS OJOS CUANDO LO HAGAS!!! ¡¡¡Y SI NO...!!! y si no...- algo de toz salió de entre los labios del chico.

-¡¡¡RESPON...!!!- pero, antes de terminar de gritarlo, sus palabras fueron cortadas de golpe por la igualmente temblorosa voz de la altísima entidad.

--me gustan...los animales...- chilló ella, mirándose detenidamente al espejo -a ti también te gustan...podemos...¿ser amigos?

-... ¿q-que?

-te he visto, a través de tus ventanas, en diferente formas, podría decir ....- el cuello de ella se irguió crujiendo sonoramente, entonces todo el cuerpo dio media vuelta por lo que su chaqueta ondeó, al igual que su maltratado cabello -tus padres -susurró -son buenos, nunca he querído...dañarlos...tampoco fui quien dañó a tus amkgos, yo...me llamo...Na...omi.

-<<esto...es una trampa, pero puedo intentarlo>> -se las arregló él para razonar aun en ese momento, luego de una pausa se aclaró la garganta y dijo: -N-Naomi...entiendo.

-ella está bien, solo duerme profundamente al igual que tu perrito...me gustan...los animales...- afirmó nuevamente la entidad antes de seguir -pero hay alguien en esta misma ciudad...a quien no.

-...

-te he visto...no lo hagas- dijo ella, hablando con mas seriedad.

-¿eh?

-no lo hagas...prometemelo- pidió, casi como si estuviera dandole una orden.

-bueno...yo...yo pro...

-hazlo en serio...te he visto, no...lo hagas...es...es lo que él quiere- lo ultimo lo dijo con miedo, desde ese punto a Eliyah le pareció que a ella le costaba seguir hablando -n-no lo hagas...prometemelo.

-...yo lo prometo- susurró el, sintiéndose incómodo de la nada.

-...estaré cerca de...Westwood Highschool...ve a verme porfavor.

-...- el sólo asintió.

Sin decir otra palabra, ella pasó a un lado de Eliyah hasta abandonar el baño, se escuchó el crujir de algo madera y luego un chirrido, termiminando en el cierre de la escotilla que llevaba al atico, esa acción fue algo que Eliyah logró presenciar desde el marco de la puerta, a donde llegó a duras penas.

Cuando se quedó solo recargó la cabeza en el marco de la puerta y con la mirada perdida y la boca retorcida intentó llorar, pero no consiguió hacerlo, solo un agudo gimoteo acompañado de algo similar a una risa salió. Detrás de el Chester movió una oreja y la madre gruñó para luego despertar, viendo a la figura de su hijo riendo al vacío delante de ella.

-¡ELIYAH!- corrió hacia el, pero este no reaccionó, por lo que ella tuvo que levantarlo y llevárselo de ahí, escoltada por Chester...

BLUTIGE KLAUEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora