Capítulo 10: Cambios extraños.

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Tom.

El día no está yendo como esperaba. Esa bochornosa foto está por toda la escuela, el Figh está enojado con nosotros y para empeorar tengo que hacer una cartelera con el chico nacho: Marco Diaz. El mundo de verdad me odia. Él extiende la cartulina y yo coloco los libros sobre ella para que no se nos vaya a enrollar. Marco saca su cartuchera y en ella hay un montón de marcadores, lápices, lapiceros, borradores y un millón de cosas más.

―Marco ¿Tu eres el que hace todas las carteleras de las presentaciones escolares? ―pregunto, sorprendido.

―Todas y cada una. No solo soy bueno haciendo nachos.

―Y yo que pensaba que tu vida giraba en torno a ellos ―Me rio. Lo veo sacando su celular y al parecer está buscando algo. De pronto, escucho la canción «Eres»―. ¿Te gusta la bachata?

―No mucho, pero esa canción para mi es de las mejores.

―Yo prefiero las canciones de Romeo Santos, en especial inocente.

―Ah, sí. Te vi bailándola en clases el otro día ―Comienza a dibujar un televisor.

La verdad no pensaba que Marco era un adicto a los nachos y las normas de seguridad, pero pensé que tuviera un lado creativo y humano. Tomo un lápiz y empiezo a dibujar una radio. Entre dibujo y dibujo nuestras manos se tocan. Miro a Marco a los ojos y noto que son de color marrón, un color común, pero yo siento que estoy viendo las joyas de una corona.

―Tom ―Su dulce voz me llama.

―¿Si?

―Estas aplastando mi mano.

Bajo la vista y veo que tengo mi mano encima de la de él.

―Este debería ser el momento en donde nos besamos ―digo, sin levantar la vista.

―En tus sueños, Tomatin.

Me aparta la mano y sigue dibujando.

―Marco no te dejas llevar por el ambiente. Deberías ser menos rígido.

―¿Te fastidia que sea rígido?

―Sí.

―Entonces no dejare de serlo.

―¿Por qué?

―Porque te fastidia y tu fastidio es mi felicidad ―Me sonríe y luego cambia su expresión a una rígida―. Ahora déjame concentrarme.

―Te ves mejor cuando sonríes. Sino fueras así me hubieras gustado.

―Tú me gustabas.

―¿Perdón?

Lo escucho murmura algo, pero no logro saber que es. Voltea a verme y suspira.

―Me llegaste a gustar Tom, cuando estábamos como en cuarto grado. Me parecías lindo, pero luego de verte cambiando de novia en novia, me quitó el gusto.

―¿Solo por eso?

―No quería ser parte de tu ganado.

―¿Y ahora?

―Ni quiero que respires el mismo aire que yo.

¡No puede ser! ¡Mis encantos llegaron hasta el corazón del chico nacho! Esto es un suceso increíble. Sin embargo, yo nunca llegué a sentir nada por Marco, así que creo que en ese momento lo hubiera rechazado. Aunque ahora me parece lindo, tal vez porque ha crecido.

―¿Y si tenemos una cita? ―pregunto sin pensar.

―¿Y cómo por qué?

―Para recuperar tu amor.

Hubo silencio.

De pronto, Marco estalla en carcajadas y hasta llorar. ¿Se está riendo de mí?

―Thomas, por favor. No creí que tuvieras un sentido del humor tan grande. ¿Tú y yo en una cita? Que gracioso, hasta me dolió el estómago de la risa.

―Pero hablo en serio ―frunzo el ceño.

―Pues mi respuesta es no. Jamás saldría contigo.

¿Perdón? Pero si soy una belleza. Y si una vez pude conquistar tu corazón, lo haré ahora. ¡Serás mi novio!

⁘♥⁘

Beast.

Parezco un acosador escondiéndome detrás del árbol. No, peor: parezco Bill. Tengo que dejar la cobardía y acercarme a hablarle. Tomo aire un par de veces y camino hacia Wirt. Está vestido con el uniforme de educación física, bañado en sudor y seduciéndome con esas hermosas piernas lampiñas. Parece modelo de lencería. ¿No ve que está seduciendo a medio colegio?

¡Beast contrólate! No caigas en su hechizo.

Sin darme cuenta ya estoy frente a él. Wirt ladea la cabeza, mientras me mira a los ojos.

―¿Se te ofrece algo, Venado?

―Yo... Quiero darte esto ―Le extiendo la botella con agua―. Has estado corriendo por bastante tiempo.

―¿Y crees que caeré en tu broma? ―Toma la botella y la tira al cesto de basura. Ambos fruncimos el ceño―. Largo o llamare al profesor para decirle que me estas molestando, Venado.

―Primero: no soy un venado. Y segundo: solo quería ser amable.

―¿Acaso crees que tengo amnesia? No olvido todo lo que hicieron.

―Eso es pasado y ustedes también nos hicieron bromas.

―En venganza.

―Pero bromas al final de cuenta.

―No sé porque aun gasto saliva en hablar contigo ―Se da la vuelta para irse, pero yo lo tomo del brazo―. Suéltame ―ordena.

—No, necesito que me escuches —Veo que esta por gritar, entonces agrego: —. Por favor.

—Carajo —Se suelta de mi agarre—. Bien, habla.

—Quiero hacer las paces contigo y comenzar desde cero.

—¿Por qué? —Se cruza de brazos.

—Tengo mis razones.

—¿Y piensas que te creeré así no más?

—En los romances funciona.

—Esto no es novela, Beast, es el maldito mundo real y en el mundo real se puede rechazar a una persona. Largo, de, mi, vista.

Wirt se da la vuelta y vuelve con sus compañeros. Me quedo solo, allí parado como un maldito tarado en vez de ir corriendo por él y abrazarlo. Mi mente no deja de pensar en él y mi cuerpo anhela tenerlo cerca. ¿Qué me está pasando? 

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⏰ Última actualización: Jan 17 ⏰

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