Confinado junto con el protagonista masculino de juego de horror

Capítulo 30

"... También debes conocer su propósito, ¿verdad? La manzana es para que la comas, y la aguja y el hilo son para coser ropa rota".

"¿Estás insinuando que me los estás dando?"

Miré alrededor de los hombros de Dietrich.

Los dobladillos se habían roto, dejando largos desgarros en la tela. Era obvio que esto era obra de los monstruos.

"Probablemente no quieras usar harapos".

"...¿Harapos?"

Al oír la mención de su ropa, las puntas de las orejas de Dietrich se pusieron rojas.

"Si estás ocupado, no te molestaré. La manzana es para que la comas cuando tengas hambre y yo estaré aquí cosiendo tranquilamente tu ropa de abrigo mientras lees".

Me acerqué a él con cuidado y extendí la mano hacia su abrigo.

Sin embargo, antes de que pudiera siquiera tocar mi mano, rápidamente la levantó de su posición.

Dietrich se llevó mi ropa de abrigo y la cesta que contenía la aguja y el hilo y se alejó.

"¿Por qué estás cosiendo mi ropa? Puedo hacerlo."

"Entonces, ¿lo coserás tú mismo?"

"Sí. Lo coseré yo mismo ".

Con eso, casualmente tomó la manzana.

"¿Una mordida?"

"Bueno, hay una pequeña historia ahí. Si no te gusta, puedes cortar esa parte y comer el resto".

"..."

Ah, debería haber traído una manzana diferente.

"Es un pequeño bocado".

Dietrich examinó de cerca la manzana.

"¿Es esa pequeña criatura?"

¿Estaba hablando de la pequeña bola de pelos?

"Sí, ese pequeño trajo esta manzana".

"... ¿Lo planteaste?"

"¿No? Lo conocí por primera vez ayer".

"¿Lo conociste por primera vez en esta mansión?"

Preguntó Dietrich en un tono extraño o curioso.

"Yo tampoco lo sé todo".

Después de convertirme en Charlotte, simplemente no hice mucho.

Al principio, exploré la mansión varias veces, pero me aburrí rápidamente.

Deambular por la habitación todo el día realmente no me dio mucho que lograr o aprender.

Fue entonces cuando Dietrich miró la manzana y luego la dejó.

Quizás a él tampoco le gustó la manzana con el mordisco.

"Pero... Si sólo es para remendar mi ropa, ¿por qué trajiste tanto hilo?"

Dietrich miró con incredulidad la cesta llena de hilo.

"Una aguja también debería ser suficiente... ¿Planeas coser tanto?"

También traje varias agujas.

"Bueno, tener más no es algo malo".

"No hay necesidad de tanto".

Es posible que todos resulten útiles con el tiempo.

"Ahora no tienes nada más que hacer aquí, ¿verdad?"

"..."

"...¿Es eso así?"

Básicamente fue una señal para irse.

Tampoco quería quedarme mucho tiempo. Como ya transmití lo que tenía que decir, debería estar bien irnos ahora.

"Me iré entonces."

"...Espera."

Por eso me di la vuelta sin ningún apego, pero Dietrich me agarró del hombro.

"¿Por qué estás atrapado aquí?"

"..."

"Antes de quedar atrapado aquí... ¿qué estabas haciendo? ¿Cómo viviste?"

En el momento en que escuché esas palabras, sentí como si una sensación de escozor golpeara mi cabeza.

Crecí sin que me faltara nada.

Un padre patriarcal y una madrastra indiferente.

Y los hijos de la madrastra.

No éramos exactamente una familia cálida, pero logramos coexistir sin demasiados conflictos.

En realidad, la mayor fuente de conflicto fue mi padre.

Para él, yo siempre fui la hija problemática. Sin embargo, en lugar de mostrarlo, simplemente descartó mis pertenencias.

-Padre, ¿tiraste mis dibujos?

-Búscalo con atención. ¿Por qué creas tanto alboroto por las cosas que perdiste por tu cuenta?

-¡Lo guardé en mi habitación!

-¡¿A quién exactamente le estás gritando ahora?! ¡Niña testaruda...!

-¿Pero por qué lo tiraste? No es que no hayas tirado mis cosas un par de veces antes, ¿verdad? ¿Por qué los tiras? ¡Por qué!

Hmm, tuvimos nuestros momentos de voces elevadas, ahora que lo pienso.

En retrospectiva, esas fueron emociones bastante innecesarias.

-¿No dije que te permitiría dibujar siempre y cuando obtuviera cierta puntuación en el examen esta vez? Piensa por ti misma si lo hiciste bien.

-...¿Pero cómo se te ocurre tirar mis cosas? Yo también estoy haciendo lo mejor que puedo. Me quedo despierta toda la noche estudiando, ni siquiera podía jugar durante el recreo, siempre memorizaba el vocabulario requerido... ¡Hice lo mejor que pude! ¡Hice todo!

-¿Así es tu mejor aspecto? No lo parecía. Te estabas distrayendo con todo ese dibujo.

¿Por qué se entusiasmó tanto con mi arte?

Habría sido más fácil simplemente vivir obedientemente.

"¿No tenías algo que hacer antes de venir aquí?"

¿Por qué Dietrich preguntaba esto de repente?

De todos modos, en el juego, nunca sintió mucha curiosidad por Charlotte.

"No tiene nada que ver contigo."

Repliqué sin pensar.