Unos días en la vida de un chico que decidió iniciar su viaje para convertirse en Pokémon Harem Master
el autor original es SLIMFOX y se encuentra en AO3
A la mañana siguiente, los dos partieron muy temprano, con la esperanza de tener una ventaja antes de que aparecieran otros entrenadores. Mientras caminaban, se toparon con un Machoke y un Simisage. Machoke, que carecía de cinturón y calzoncillos, estaba encima de Simisage chupándole la polla mientras Simisage estaba abajo chupando la de Machoke.
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Angus miró hacia Scorbunny, que estaba sobre su hombro.
"Parece que tenemos un par de buenos", se rió entre dientes. "Sigue mi ejemplo, amigo"
Angus se acercó a los dos hombres mientras lo miraban a él y a Scorbunny. Sus bocas estaban cubiertas con una capa de semen.
"¿Se sienten con ganas de hacer un poco de anal después de llenarse de oral?" el sugirió. "Mi amiguito y yo somos principiantes y nos encantaría mostrarles a algunos tipos experimentados de qué estamos hechos".
Machoke parecía estar de acuerdo, pero no Simisage.
"Sabes, siempre quise follarme a un humano", mencionó. "¿Tienes ganas de ser el receptor?"
"Si eso es lo que hace falta", respondió Angus.
Se quitó la ropa antes de que él y Machoke se pusieran a cuatro patas y presentaran sus cuartos traseros a Simisage y Scorbunny respectivamente. Los dos últimos mojaron los agujeros antes de meter sus pollas dentro y comenzar a empujar.
No pasó mucho tiempo antes de que los propulsores comenzaran a gemir mientras estimulaban sus pollas dentro de los culos. Angus disfrutaba muchísimo ser golpeado por Simisage, pero no tanto como Machoke. Emitía gemidos lujuriosos cada vez que Scorbunny terminaba una repetición.
"¡Santo cielo! ¡Este tipo folla como un profesional! Machoke gritó.
"Podrías llamarlo mi arma secreta", se rió Angus.
Él y Machoke se miraron a los ojos y se inclinaron para besarse. Mientras se besaban, Simisage y Scorbunny se acercaban cada vez más a sus orgasmos. De repente, llegaron a su límite y gritaron mientras vertían su chorro de leche en los culos que esperaban. Mientras Angus y Machoke sintieron que el semen entraba en ellos, estaban demasiado ocupados con el beso como para importarles.
