Prólogo

678 89 23
                                    

–¡¿Cómo que tus mascotas?! –Pregunté completamente desconcertado.

Este sujeto de porte elegante y vestimentas en blanco, había aparecido repentinamente y declarando a los niños como sus mascotas. Aquellas palabras hicieron hervir mi sangre y mucho más. Estaba enojado, ¡claro que sí!
Él solamente asintió y con un chasquido de sus dedos, logró que Bobby y Richarlyson se alejaran de nosotros para colocarse a sus espaldas, cabizbajos como unos cachorros totalmente entrenados.

No podía creerlo. En un segundo la felicidad de los niños fue reemplazada a una expresión de miedo y terror, pero sin rechistar ellos obedecieron.
Fue entonces que otros sujetos uniformados entraron al lugar también, vistiendo prendas en tonos negros, chalecos de colores... y orejas de conejo.
El portafolio que traía el "hombre oso" fue abierto por sus acompañantes. Y más fue mi sorpresa al ver una enorme cantidad de dinero. Cellbit comenzó a gruñir en total desacuerdo.

Estoy seguro que esto podrá cubrir todo las molestias que les causaron mis pequeños.

–No aceptamos sobornos.

Cellbit estaba a la defensiva y yo no sabía qué más hacer. Los niños negaban con sus cabecitas suplicándonos con sus miradas que no actuáramos en contra de ellos. Y la voz de Jaiden me sacó del trance.

Déjalos ir. Es mejor.

–Pero, Jaiden...

–No debieron tenerlos en primer lugar. Solo tomen el dinero y no les harán daño.

Tragué saliva. Sabía que así era, pero ahora no podía permitirme dejarlos ir. No sabiendo que quizá ellos habían escapado de un horrible lugar. Que quizá ellos vivían con un grupo de personas semejantes en algún sitio, siendo considerados mascotas y entrenados para obedecer.
Sabrá Dios qué les pedirían hacer pero, ellos no eran felices. Podía ver que ellos se morían del miedo por regresar.

El maletín lo dejaré en el suelo, y nosotros nos vamos retirando. Esto nunca pasó, ¿de acuerdo?

–¡Pedazo de...! -Cellbit saltó enfurecido.

–Alto ahí, pulgoso. –El peliblanco sacó de inmediado un arma, y mis piernas flaquearon. Cellbit se detuvo antes de siquiera hacer algo por los niños, y el sujeto sonrió.– Así está mejor. He dicho, que esto nunca pasó, ¿entendiste?

Sonó otro chasquido y una enorme cortina de humo gris emergió del suelo, todos ellos desaparecieron en la oportunidad. Cellbit tosió antes de caer al suelo inconsciente pues fue el primer expuesto. Mis piernas no resistieron más mi peso y caí arrodillado también, alcancé a sentir las manos de Jaiden en mi espalda como si intentara amortiguarme de otro golpe si me iba hacia atrás. El aire en ese momento estaba siendo sofocante, me sentía muy mareado.
Lo último que recuerdo fue sentir el gorro favorito de Richas en mi mano cuando caí, había sido olvidado en el suelo cuando ese hombre se los llevó de nuestro lado.

Mierda...

Tranquilo Roier, pudo haber sido peor si ustedes se resistían. Ellos podrían hasta desaparecerlos.

¿Q-Qué..?

Es triste que se hayan encariñado, debo admitir. Pero ellos no les pertenecen, y tú lo sabías... -Mi mejilla fue ligeramente palmeada y yo traté de enfocar mi vista hacia ella. Su voz, en estos momentos me sonaba tan desconocida.
Y pude entender por qué el humo no le estaba afectando a ella así como a nosotros.

Ella portaba una máscara de gas...

[HIATUS] ¡¿Y MI FAMILIA?! | Guapoduo/CellboierDonde viven las historias. Descúbrelo ahora