Honor, humildad y paciencia.

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Durante varios años Yasuo fue condenado a vivir como un vagabundo y obligado a luchar, era matar o morir. Jonia mandó a sus mejores espadachines pero ninguno estaba al nivel de Yasuo. Desesperados, intentaron algo diferente... el diálogo por medio del sentimentalismo, fue así cuando enviaron al hermano mayor de Yasuo... Yone. Los jefes de Jonia hablaron con Yone para que pueda hacer entrar en razón a Yasuo. Yone fue en busca de su hermano pero antes de hacerlo dejó una carta que decía:
"¿Qué es una espada sin alguien que la empuñe? Enseñarle a matar a un espadachín es muy simple... enseñarle a no matar es el verdadero reto.
Me acuerdo cuando vi entrenar por primera vez a mi hermano menor, la espada cobró vida. Hubo quien llegó a compararlo con legendarios espadachines de la antigüedad. Con los años, la habilidad de Yasuo no hacia más que aumentar, por desgracia, también lo hacía su ego. Era impetuoso, presumido, ignoraba las lecciones de nuestro maestro y no tenía una gramo de paciencia... temía que mi hermano se haya salido del camino, por eso, quise hablar con él pero no para amenazarlo sino para apelar a su sentido del honor, le dí una semilla de arce, la lección más importante que existía sobre la humildad en nuestra escuela... una lección que Yasuo parecía haber olvidado.
Una semilla es solo una semilla pero con el tiempo uno descubre la verdadera belleza de cada semilla. Yasuo aceptó mi regalo y al día siguiente decidió encargarse de un modesto puesto de guardia, me llené de esperanza al creer que por fin había entendido, desgraciadamente, fui un tonto. Nunca entendío que la virtud y la paciencia son necesarias para un verdadero espadachín."
Llegó el día que Yasuo tanto temía, tuvo que luchar contra alguien a quien él tenía mucho miedo... Su propio hermano.

La historia de Yasuo: "El Imperdonable".Donde viven las historias. Descúbrelo ahora