▭▬ 𝐓𝐡𝐢𝐬 𝐈𝐬 𝐇𝐞𝐥𝐥 ▭▬

Sueño amargo.

Ciudad Aventura.

Era una noche bastante helada, y no era para menos, pues todavía seguía habiendo lluvia, y no una lluvia normal, parecía como si el cielo en ese mismo momento se fuera a caer, la mayoría de personas permanecían en sus casas, negocios, o en cualquier lugar en dónde la lluvia no les diera así refugiándose de la tempestad.

Mas, no todos corrían con la suerte de tener un lugar en dónde refugiarse en caso de tal y esa era una cachorra que corría despavorida tratando de no mojarse más con la lluvia. Estaba perdida, asustada, ansiosa, ¿Qué debía hacer? Era tan solo una niña a la deriva, sin rumbo, sola, completamente sola. Y bueno, ¿Por qué no pedía ayuda?, por supuesto que lo hubiera hecho, de hecho, lo hizo... Aunque, esa vez en la que se armó de valor no le hubiera pasado aquello que ahora sería uno de sus peores terrores, tendría confianza en los humanos... Pero lastimosamente, aprendió a las malas que no siempre la gente es lo que parece, y aquellos que te ofrecen ayuda, no siempre es con una intención pura... La pequeña mantenía sus pasos, trataba de seguir el ritmo, la lluvia la desesperaban, y algunos truenos la espantaban, no era la mejor combinación de sensaciones en ese mismo instante. Sin poder seguir más, optó por refugiarse en un pequeño callejón. En el lugar en donde se posicionó no le llegaban a caer gotas de lluvia, suspiro aliviada más, su cuerpo estaba tembloroso, no solo por el frío que sentía, sino también por todo lo demás, el miedo, el hambre... Las ganas de llorar que hacían que en sus pequeños ojos cafés se comenzarán a acumular lágrimas... En ese mismo momento, la menor se estaba sintiendo horrible.

──¿Po-por qué a mí...? ─ Con la voz quebrada dejo salir de sus labios esa pregunta que todavía no tenía respuesta, bueno, jamás la tuvo, mientras se deslizaba por la pared de la que estaba apoyada. Tocó el suelo y abrazo a sus piernas mientras comenzaba a llorar libremente, sin consuelo alguno.

Luego de haber dejado salir todo lo que aguardo durante días levanto la mirada tras oír un estruendoso golpe le había llamado la atención, aunque que sus ojos todavía seguían nublados por las lágrimas, alcanzo a divisar como dos hombres comenzaban una fuerte disputa, cosa que para nada era agradable, la menor podía jurar que en ese mismo momento ambos hombres terminarían matándose. Se levantó de su lugar y sin importarle si la lluvia seguía o no salió nuevamente corriendo de ahí, no iba a presenciar otra pelea. No iba a permitir que nuevamente esos gritos y palabras sin sentido la afectaran, puede que no sean dirigidas a ella, pero, eso solo le hace volver a revivir vivencias que ahora le daban pesadillas.

Ya no sabía a dónde más acudir, sentía que su cuerpo ya no daba más, sus piernas estaban adoloridas, sus ojos pesados, sus manos temblaban sin cesar, podía presentir que su cuerpo estaba apunto de fallar. Y así fue; lo primero que fallaron fueron sus piernas y en un mal momento, ya que había caído en plana carretera, justo cuando la luz estaba apunto de cambiar a rojo. Con afán giro su cabeza hacia las luces de aquel vehículo que se aproximaba a hacia su dirección la dejaron aturdida. Ya se veía venir un gran golpe de la lata fría del auto, por ende cerró con fuerzas sus ojitos a sabiendas de que sus piernas no darían marcha... Pero el golpe nunca llegó, sorprendida levanto su cabeza. Le tomo unos minutos entender la escena y el porqué no había Sido impactada por eso, levanto su cara con cierto miedo, y por fin pudo ver a quien estaba frente suyo, aquella que había detenido el automóvil.

Sus ojos brillaron leve, primera vez que un humano le mostraba empatía, primera vez que alguien le ayudaba, inconscientemente en su rostro se dibujaba una pequeña sonrisa... Pese que su rostro traía golpes y algunas manchas de sangre, esa sonrisa era una pequeña muestra de que sin importar que tan lastimada estuviera seguiría mostrando una sonrisa.

Pero aquello se le quedó grabado.

Apresar de que pasaron los años, y su vida cada vez más se hacía una verdadera mierda... No dejaba de sonreír...

Levanto sus párpados con pesadez, era el mismo sueño que ya se estaba haciendo normal, no encontraba una explicación, pero aún así, tampoco quería una. Ya nada era de su importancia, todos los días se seguía la misma monotonía, nada nuevo. Exceptuando a algunas personas, claro. Aquellos hacían que esa repetición cambiará un poco, aunque, así se lo propusiera, el día siempre terminaba igual, ¿Para qué intentarlo..?, ¿De que le servía gastar sus fuerzas en algo que no dejaría de ser la misma basura?, exactamente, de nada le servía.

Se levantó de la cama, sentándose a la orilla de esta, comenzó a tallar de sus ojos bostezando en el proceso. Seguía cansada, sentía que no había dormido nada, y así era, está era la segunda semana en la cual no le era para nada fácil conciliar el sueño. Justo cuando se iba a levantar, sintió como la puerta de su habitación era abierta, con atención miro a la silueta que entraba. Al reconocer a aquella persona, sus pómulos se levantaron así formando una expresión de felicidad. No esperaba que ella llegará a su cuarto tan temprano y tampoco que le trajera una taza de... No sabía a la perfección que contenía, pero el detalle era bastante bonito.

──Marshall, buenos días ── Dió inicio la conversación, mientras sus orejas se levantaban quedando firmes, la mirada de la albina fue de sorpresa al ver a la morena sentada en la orilla de la cama.

── No esperaba que estuvieras despierta ── Dijo acercándose más a la pastora. ──, ¿Dormiste bien?, ¿Cómo te sientes el día de hoy? ── inquirió, mientras le daba la taza que traía en las manos.── ¿El té te gusta?, si no te gusta lo puedo cambiar ── Sus preguntas fueron contestadas con unas pequeñas risas.

──Está bien, no me molesta, al contrario, gracias ── Aún dejaba salir una que otra risa. Comenzó a beber del líquido, el cual estaba bastante bueno, según élla.

La de cabellera blanca se le quedó mirando, esperando atenta que terminase de beber unos cuantos tragos más de la bebida. No quería irse de nuevo sin antes saber del estado de la castaña. Aunque en el fondo, sabía que la otra estaba evitando a toda costa las preguntas, por eso decidió tomar con tanta calma la bebida. Al ver que terminó sus primeros tragos, retomo la pregunta;

──¿Descansaste cómo era?, ¿Te sientes bien? ── Marshall estaba en lo correcto, la mayor estaba esquivando esas interrogativas.

Hubo silencio, la más alta se quedó pensando unos momentos, clavando sus ojos fijamente en el suelo, ¿Debía hablar con élla sobre lo que ha estado soñando últimamente?, ¿Que ya no puede dormir como se debe que tampoco está alimentándose bien?, ¿Era lo mejor hacerlo?, en definitiva no, ya no quería precuparle más a la dálmata.

── Sí, estoy bien y dormí bien ── Y así sin más, mintió. La expresión de la otra fémina era de incredulidad pura.

──¿Por qué la pensante tanto? ── Soltó una nueva inquietud al haber presenciado la actitud ajena.

──Estaba dejando que el dulce sabor de este té se quedará un poco más en mi boca. No tienes porque preocuparte, yo estoy bien ──Cada palabra, cada una de las palabras que salían de su boca eran mentiras, mentiras.

La bombero estaba a punto de objetar cuando su nombre se escuchó fuera de la habitación, una de sus hermanas la llamaba, se notaba que era urgente por el tono de voz que estaba siendo utilizado detrás de la puerta, aquella no tuvo de otra más que salir, soltando a su vez pequeños gruñidos. No había logrado su cometido como tal. Chase nada más presenció su salida, sus orejas bajaron, le lastimaba mentirle a su mejor amiga, lo odiaba, pero estaba harta de preocuparla, de que élla se sintiera culpable por esos problemas en los que no tenía nada que ver, oh, cuánto desearía cambiarlo todo para serle honesta de mil y un formas...

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Buenooo, acá el primer cap. Por fin pudimos dar inicio con esto, que emoción, lo que se vendrá en los siguientes capítulos será, waos. Jaja, en fin, espero haya sido de su agrado. Sin más nos leemos más lueguito ✨

Atte: Aslyn & cocO.