3. Reprimenda.

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Aquella noche despues de ese mismo dia en el que Toji se despertó, Jin estaba haciendo de cenar debido a que su padre llegó agotado de la tarde con los niños, el hombre es un hueso duro de roer, pero debe admitir que la enfermedad y su edad le pagan con creces.

El pelirosa estaba concentrado cortando vegetales mientras recordaba el regaño que le habia dado al pelinegro esta tarde haciéndolo sentir un tanto raro, ¿qué tanto habrá sufrido un hombre para que este pensara de esa manera? ¿Qué será de sus hijos si este se sigue ausentando de aquella forma sin ponerles reparo alguno? El pequeño Megumi tiene las razones para no quererlo abiertamente como hacen otros hijos. 

Le recuerda tanto a su hermano menor que lo saca de quicio.

Ambos son despreocupados con la vida, van de mujer en mujer como cambiarse de boxer, no les interesa el más mínimo contacto afectuoso incluso si se trata de la familia, Ryomen a menudo le decia que era un aguafiestas que no sabía cómo vivir y siempre se la pasaba hasta el cuello lleno de trabajo. 

Lo que no sabía aquel idiota es que en su juventud fue igual de desgraciado, ¿a que lo llevó? A distanciarse de su padre, ¿qué lo cambio? Las experiencias en el tiempo que vivió como marino, como militar. Cuando ves perdiendo a tus compañeros en batalla donde no sabes si vas a vivir el dia siguiente, aprendes a valorar aquello que al principio te parecía insignificante. 

—Jin-san —Megumi, la miniatura de su padre se acercó a él ya con la pijama puesta queriendo sentarse en uno de los bancos frente a la cocina.

Esto le causo algo de ternura, se rió por lo bajo sin que el menor se diera cuenta limpiando sus manos acercándose a él.

—Ven, déjame te ayudo.

Una vez sentado el pequeño pelinegro en el banco volvió a su labor de cortar los vegetales para la ensalada, el niño no emitía palabra alguna, solo se limitaba a observar lo que estaba haciendo con detenimiento, esto no le desagrada ya que Yuuji suele hacerlo a menudo, con la diferencia de que este último siempre se comía una que otra cosa cuando se daba vuelta pensando que no lo notaría cuando en realidad no era así.

— ¿Quieres preguntarme algo pequeño?

Megumi lo pensó...

—Sí —dijo al fin—. Quiero saber porque razón estamos aquí.

— ¿Mmm?

Jin termino de cortar, le echo sal, pimienta y aceite de oliva a la ensalada de vegetales dejándola en la nevera mientras que el pescado y el arroz se cocinaban, él no puede negar el hecho de que este niño le sorprende bastante con la capacidad de entendimiento que tiene. Vivir una vida como la suya con padres ausentes, uno de ellos fallecido y el otro ni pendiente, debe hacerte madurar más rápido de lo que cualquier niño de seis años debería. Todo este comportamiento de Toji indicaba que su trastorno debe ser peor de lo que aparenta.

— ¿Quieres saber porqué están aquí Megumi-kun? —Preguntó, el niño asintió—. Veras, están aquí porque ningún niño como ustedes debería pasar por esto, porque cualquier vecino a la cuadra sabía incluso lo de su madre/madrastra mucho antes de que yo me diera cuenta nadie hizo nada por ayudarlos —suspiro—; están aquí no porque sienta lastima por ustedes, al contrario, están aquí porque son unos niños maravillosos que no merecen vivir solos en una casa enorme sin supervisión, porque fui amigo de tu madre y porque son amigos de mi querido Yuuji.

El pequeño pelinegro miro sus tiernas manos, sonrió algo nostálgico dándose la oportunidad de sentir todo aquello que estaba encerrado por mucho tiempo desde que su mama murio. Jin veía como el niño gimoteaba, como apretaba los dientes hasta que una pequeña vena le salió por la frente, como pequeños gritos comenzaban a salir de su garganta al volverse incontrolables.

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⏰ Última actualización: Mar 07 ⏰

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Conviviendo con Toji | ToJinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora