Realmente, es extraño y confuso, nunca me había sentido así con nadie, es casi como si estuviera con la vista enturbiada.
Nunca pensé que sería capaz de creerlo, pero caí por nada más y nada menos que un chico, un menor por si fuera poco.
-La verdad es que a mí, me gustan los hombres.
Decía delante de mis padres, queriendo demostrar un ambiente mejor a partir de qué conozcan lo que me gusta y que no lo descubran tarde.
-Esta bien hijo, va a ser difícil para nosotros aceptar eso de inmediato, ya que en nuestro tiempo eso no existía.
Se miraban entre si con una expresión curiosa, y luego me miraban con una sonrisa cálida, queriendo decir que no importa eso, al final voy a ser su hijo.
Yo sufría de muchas críticas por mi actitud cuando era más pequeño, ya que solo me juntaba con las chicas y no por nada en especial, solo que con los chicos salía lastimado o me caía jugando brusco con ellos.
Y eso afectó directamente en mi forma de pensar y mi sexualidad, por eso hoy a día tengo algunos traumas relacionados con mi infancia.
Pero, hay un chico que a pesar de que nos conocimos hace poco, me tiene pensándolo todo el rato, como si de una maldición se tratara.
Lo conocí en primavera de este año, fue un encuentro algo raro, puesto que habíamos coincidido por una tienda de música.
Yo buscaba adquirir mi primera guitarra, con la que planeaba empezar a tocar y practicar, y él fue a afinar la suya o algo así, no conozco bien el término.
Para ese entonces todavía estábamos en la misma escuela, lo recuerdo como si fuera ayer.
Yo estaba en el grado terminal y el recién comenzando el secundario.
Luego de un tiempo, nos hicimos amigos, muy cercanos de echo y poco a poco todos a mi alrededor terminaron conociendole, incluso mis padres.
Desde un primer momento me pareció algo especial, se me disparaba el corazón cada vez que lo veía, pero ninguna vez le hice caso a esa reacción y pensé que era algo normal.
Luego de pasar a la preparatoria nos distanciamos un poco y quería recuperar más tiempo para disfrutar con él, por lo que le propuse ir al antiguo invernadero de la que era su escuela en este momento.
Y hoy a la actualidad, son las 5 de la tarde, y ahí estaba él, caminando hacia mi dirección con una sonrisa, una, que me encantaba ver y admirar.
Franx:-¿Me esperaste por mucho tiempo?
Eddie:-No, recién llego, además yo fui el que propuso esta, ¿reunión?.
Franx:-Bueno, me retuvieron mis amigos por un rato más de lo esperado.
Eddie:-Tranquilo, está bien, ¿Porque no te refrescas?, aquí tienes una soda.
A mi lado estaban dos sodas, una abierta que era la mía, y una nueva que había reservado para él, y luego de que se la di, hicimos algo a mi parecer divertido.
Franx:-¿Hacemos un brindis?.
Eddie:-¿Por que?.
Franx:-Por nuestra amistad.
Un sonar vacío de latas chocando entre si, y de sonrisas se oía alrededor.
De repente, me acerqué, y le di un abrazo, soy muy emotivo y casi se me sale una lágrima solo por eso.
Eddie:-Eres especial, no te vayas por ahora de mi lado....
Franx:-No lo haré, no lo haré...
De mi mochila, saqué un sobre, un sobre a primera vista normal, pero su contenido era lo importante.
Eddie:-Tu escoges cuando abrirlo, si ahora o en tu casa.
Franx:-Lo leeré en casa, así no desaprovechamos el momento que tenemos ahora.
Era muy lindo de su parte, que tuviera el detalle de hacer eso, pero nada es como lo planeamos.
Eddie:-Espera, mi teléfono suena, "Halo?"
???:-"Es tarde, ven a casa ya".
Eddie:-"Está bien, mamá, ahí estoy en 5".
???:-"Mas te vale".
Luego de colgar me sentí un poco culpable pues, ahora el poco tiempo que teníamos ya se había desaprovechado.
Eddie:-Lo siento, me tengo que ir, ¿Estás bien con eso?.
Franx:-Está bien, de todos modos nos veremos luego, ¿Nos vamos juntos?.
Eddie:-Claro.
Luego de caminar por un buen rato y hacer bromas de estudiantes comunes, el cogió su rumbo y yo me dirigí a mi casa.
