Yo muerdo. parte 16...

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Sanemi y Kayre caminaban por el bosque, siguiendo el rastro de un demonio que había atacado a varios aldeanos. Sanemi iba delante, con su espada Nichirin en la mano, mientras que Kayre lo seguía a cierta distancia, con su cesta de hierbas medicinales colgada del hombro.



- ¿Qué haces ahí atrás? - le gritó Sanemi sin mirarla - ¿Acaso tienes miedo de enfrentarte a un demonio?

- N-no, solo estoy siendo cautelosa - respondió Kayre con voz temblorosa.



- Cautelosa, ja. Eres una cobarde, eso es lo que eres. No sé cómo te aceptaron en el Cuerpo de Exterminio de Demonios, con esa actitud tan débil. Ni siquiera tienes una espada, solo una katana ridícula.




- Esta katana es mi arma - dijo Kayre, defendiendo su instrumento - Con ella puedo usar la respiración de la naturaleza y la planta, una técnica que me permite controlar el crecimiento de las plantas y usarlas para atacar o defenderme.



- Bah, eso no es nada comparado con la respiración del viento, la más poderosa de todas. Con ella puedo cortar a cualquier demonio con un solo golpe. No necesito de ninguna planta para hacer mi trabajo.



- No seas tan arrogante, Sanemi. Cada respiración tiene sus ventajas y desventajas. Además, no estamos aquí para competir, sino para cooperar. Somos compañeros, ¿recuerdas?





- No me hables de cooperación. Yo trabajo solo, no necesito de nadie. Y menos de ti, que solo me estorbas. Si quieres ser mi compañera, al menos demuéstrame que vales algo. ¿O es que solo te uniste al Cuerpo de Exterminio de Demonios para estar cerca de mí?



- ¿Q-qué? ¿De qué hablas? - preguntó Kayre, sonrojándose de los nervios.




- No te hagas la tonta. Sé que estás enamorada de mí. Lo veo en tus ojos, en tu forma de mirarme, en tu forma de seguirme como una sombra. Pero déjame decirte algo: yo nunca me fijaría en alguien como tú. Eres débil, inútil y aburrida. No tienes nada que me atraiga.

- E-eso no es verdad - balbuceó Kayre, sintiendo que las lágrimas le quemaban los ojos - Yo no siento nada por ti. Solo te respeto como mi superior, nada más.



- ¿Oh yes? Pues demuéstralo. Vamos a ver quién mata más demonios en esta misión. El que mate menos, tendrá que hacer lo que el otro diga. ¿Aceptas el reto?

- E-está bien - aceptó Kayre, aunque sabía que era una locura - Acepto el reto.


-Perfecto. Entonces, que empiece el juego. - dijo Sanemi, sonriendo maliciosamente.


Los dos cazadores se adentraron en el bosque, cada uno por su lado, buscando al demonio. Kayre llevaba su katana, que tenía un accesorio colgante de forma de planta, que le había regalado su maestro. Era un símbolo de su respiración, y también de su personalidad: compasiva y tímida, pero también fuerte y decidida.

~Hantegu x t/n~ te amo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora