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━━ You're mine, my omega.
Mini aviso. Desde ahora en adelante los Episodios serán un poco más extensos y su contenido va a ser más maduro, así que discreción al leer: gracias por su atención.
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El Sol deslumbrante ilumino el cuerpo golpeado y mallugado, hasta sangrar de un omega tembloroso, este parecía simplemente aguantar el dolor, sin decir nada: no era por que no quisiese era por que estuvo gritando una hora pero nadie acudió a el omega. Tres alfas estaban liberando su aroma para dominar al chico, que solo sollozaba en silencio y sumisión total, no era la primera vez que lo golpeaban hasta desangrar.
Otra patada en su estómago recibió, botando aún más sangre que cubría la acera.
"Maldito omega, obedecer eso es lo que tienes que hacer sin rechistar" Un alfa agarro al omega de la camisa alzándolo con facilidad, tomó bruscamente las mejillas del chico, viendo sus ojos morados opacos y vacíos. "Si que eres horrible, estás muy gordo" Comenzó a burlarse de su complexión "Ni siquiera tienes una cintura" Explotó en carcajadas con el resto de los alfas...
Las lágrimas ya no salían, sus ojos estaban totalmente secos y rojos. Con esfuerzo pronunció "Alfa" Sin más cerró los ojos percibiendo la fragancia de su destinado, el alfa lo tiró como una funda de basura, golpeándolo contra la pared, y la sangre aumentaba.
"Vámonos ya mismo tenemos que ir a la academia" El trío dejaron al omega en el callejón a su suerte, no había nadie alrededor que lo ayudara o eso creyó. Cuando sintió una energía maldita descomunal, con terror desvió su vista a un pequeño y adorable maldición, parecía una bola de pelos blanca teniendo dos puntos negros como ojos.
"Mui...Mui mui" La maldición se restregó en el omega, buscando algo de contacto.
"Eres... Muy adorable para ser una maldición..." Tomo a la pelusa en sus manos tocándola suavemente para que escuchar un chillido parecido a una risa. Suspiro cansado para recostarse en la acera del callejón, finalmente cayendo en sueños.
Como si él controlará el clima. El llanto de las nubes grises se derramaba por todo Tokio, con violencia de una próxima tormenta, la sangre se colaba con las gotas drenándose en una alcantarilla. La maldición con cuidado se acercó al rostro del chico lamiendo su ojos izquierdo ensangrentado y morado casi rojo.
Una energía oscura, emano la pelusa, que se acorrucó en la mejilla del moreno, aquella se transformó en una barrera oscura con pequeños puntos blancos de estrellas y una pequeña constelación.
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"Berrinchudo..."Murmuró entre dientes una peli verde viendo a un albino de papel en el suelo, "Profesor Gojo ¡¿Qué le ocurre?!" Ya cansada del llanto de el alfa, lo pateó en el estómago, este no reaccionó al golpe.
