Jaemin corría para tratar de llegar a tiempo a su primera clase, siempre iba tarde, pues tenía que cruzar todo un campus para eso.
Sus piernas no podían más, estaba agotado de haber subido tantos escalones y aún así no llegaría. Soltó un gran suspiro que había estado conteniendo todo el camino debido al cansancio.
Decidió no pasar la vergüenza de tocar la puerta del aula solo para recibir un regaño por su tardanza y comenzó a caminar en dirección al baño. Al entrar pudo ver el espejo manchado de agua que apenas le permitía verse, su cabello revuelto, el moretón en su ojo derecho, la sangre seca en su labio inferior y su frente que escurría sudor, se veía asqueroso.
Abrió el grifo dejando correr el agua, tomó un poco del líquido y con eso lavó su rostro. Si estaba reprobado eso ya daba igual, pensó.
Se quedó un rato más así, observándose a si mismo en el espejo con el rostro y cabello mojados, pensaba mejor si se mantenía en silencio y era buen momento pues todos estaban en clases. O era así hasta que escuchó como una chica gritaba con miedo y corría escaleras abajo, inmediatamente se escucharon aún más gritos de miedo y dolor.
Alarmado por el sonido, Jaemin corrió hacia afuera y lo que logró ver no era nada bueno, todas las clases estaban afuera y corrían en diferentes direcciones. Pero fue una persona que se retorcía en el suelo y quebraba sus extremidades lo que llamó su atención, la persona parecía alguien que actuaba en contra de su voluntad.
Personas corrían y pasaban a su lado, todos tratando de huir de los que parecían idos. Cada vez eran más y ni siquiera supo en qué momento había pasado, parecían zombies, era la descripción que él les había dado debido a todas las películas que antes había visto.
Comenzó a correr de nuevo, justo como lo había estado haciendo hace algunos minutos, esta vez olvidándose de su cansancio. Subió los escalones para tratar de llegar al penúltimo piso, el cual sabía que estaba cerrado y nadie iría hacia allá.
Solo faltaban dos pisos más y al llegar pudo ver todo el panorama de la escuela, el pasto manchado con sangre, hombres y mujeres con ropa rasgada y mordidas en su cuerpo, además de heridas profundas en los mismos. Parecía un mal sueño, todo había cambiado en menos de diez minutos y el no tenía manera de salir vivo de ese lugar.
Caminó hacía el aula para esconderse mientras llegaba la ayuda, alguien tendría que llegar, no?
Pero nadie llegó y las horas pasaban mientras observaba su celular sin señal, ya eran las 5:00 pm y pronto comenzaría a oscurecer, nadie vendría. Quería llorar porque no tenía ni la más mínima idea de lo que pasaba.
Se tiró al suelo para descansar, estaba haciendo frío ya que se encontraban en octubre y pronto comenzaría el invierno. Se levantó de nuevo para poder cerrar la ventana y así tal vez poder calentarse con su suéter, se ocultó detrás de la cortina para evitar ser visto mientras cerraba la ventana, esta vez nadie lo vió pero el si pudo observar como un chico corría hacía el gimnasio.