Is this the end of all the endings?
My broken bones are mending
With all these nights we're spending
Up on the roof with a school girl crush
Drinking beer out of plastic cups
Say you fancy me, not fancy stuff
Baby, all at once, this is enough
LA PRIMERA NOCHE FUE BORROSA PARA AMBOS. Blas sabía que, esa noche, el mejor amigo de Juani estaría ahí, ya que había terminado su ciclo estudiantil universitario y podía salir como solían hacer.
A Blas le encantaban aquellas fiestas que se daban usualmente, en la casa de Matías. Le gustaba ver a sus amigos y tomar algún que otro trago.
Pero esa noche se pasó. Cuando solo estaba con Matías y Agustín, ya habían empezado a tomar. Cuando llegaron los invitados, mantuvo su ritmo. Tanto que cuando Juani llegó con el pelirrojo del cual desconocía su nombre, no se dió cuenta.
Pero lo estaba disfrutando: se reía de absolutamente todo, por ende no había tiempo para pasarla mal.
El amigo de Juani tampoco estaba en sus cinco sentidos, pero sabía que había estado afuera con Matías, lamiendo papeles y enrollandolos. Cada vez que miraba a alguien, sus ojos brillaban en rojo. Era muy lindo, incluso con los ojos rojos, a Blas se le había hecho demasiado lindo.
Cuando el aviso al grupo de que se iba a acostar llegó, Blas no lo recibió, por ende cuando lo encontró saliendo del baño sin camiseta, se desconcertó más de lo que debería haberlo hecho.
Sus palabras resbalaron un poco, y cuando entre torpes pasos quiso irse, fue detenido por el pelirrojo, el cual le advirtió de que tenga cuidado, ya que casi se golpeaba la frente contra el suelo.
Blas se sostuvo de él como si fuesen mejores amigos, y debido a una diferencia de altura que tenía con cualquier persona que conocía, el pelirrojo también casi se cae.
Sujeto los brazos adversos para despegar su pecho de su hombro y tenerlo frente a frente, pero lo único que logró fue que el rizado abrace su cintura y comience a esparcir besos en su rostro con una delicadeza inesperada.
- Sos muy lindo. - Pronunció de forma resbaladiza, sonriendo cuando sintió las manos adversas sostenerse su nuca y el calor que salía de todo su rostro.
- Blas...
- Sabes mi nombre. Yo no sé el tuyo. - Dijo, aún manteniendo sus besos por su rostro.
- ¿Para que querés saberlo?
- Quiero saber el nombre del chico que estoy llenando de besos. - Pronunció en una risa tímida, intensificando el agarre de su cintura, haciendo suspirar al ajeno.
- Chris. Christopher. - Dijo con voz temblorosa.
- ¿Podés quedarte conmigo toda la noche, Chris? - Le pidió en el oído, dejando besos alrededor de este, logrando sacarle un jadeo al pelirrojo.
- Ujum. - Respiró agitado el más joven.
El autor de los besos en el rostro pecoso se acercó a la cama, sentándose y acomodando sobre él al de baja estatura, sin dejar de hacer su trabajo.
Ahora las manos ajenas nerviosas lo sacaron de la zona que besaba para tenerlo frente a frente, encontrando sus bocas en una danza improvisada con gusto a alcohol y humo.
Los labios de Chris, a pesar de tener un ligero sabor u olor a marihuana, el sabor de fernet, bebida que enloquecía al rizado, era suficiente para taparlo. Blas introdujo una mano en su cabello, profundizando el beso, mientras que la otra hábil se iba colando debajo de su ropa, lista para desprenderla.
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