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Durante el día posterior, lo sucedido aquella noche no había pasado por la mente de ambos jóvenes, no hasta que la noche acechó.

La casa de Matías fue hogar para otra de las fiestas. Está vez, Blas llegó antes que él.

Estaba apoyado en la baranda del balcón, con un porro en la mano que soltaba una pequeña línea de humo hacia donde el viento indicaba.

Era invierno y había viento, pero él tenía una camiseta de mangas cortas a diferencia de Blas quien llevaba un holgado buzo que lo abrigaba lo suficiente.

Apenas sus miradas se cruzaron, todos los recuerdos de aquella noche se remontaron a su mente. Los brazos del más alto envolviendose en su cintura, levantando su pelvis con una delicadez sospresiva. Las manos de Chris enredadas en su cabello rizado mientras este besaba y mordía su cuello.

En un sentimiento fantasma, Chris se llevó la mano a dónde se notaba que tenía una marca de mordida, apartando la mirada.

Se sabía que Blas había estado muy ebrio y Chris muy drogado, pero el recuerdo que los acosó sobrios se sentía como lo más placentero del mundo.

Está vez, los chicos estaban mucho más ebrios que la vez pasada. Juani estaba dormido en el sillón con el celular en la mano, Fran estaba sentado mirando su teléfono, totalmente en su mundo, Kuku dormía plácidamente en el hombro de Pipe quien estaba torpemente apoyado en el sillón, Diego estaba al lado de Fran, también mirando a la nada, mientras que Matías estaba con una chica de turno en su habitación.

Blas observaba la situación sin encontrarse en ella. Sí, había tomado, pero fueron dos vasos pequeños de Fernet, que si lo habían dejado algo divertido pero no al mismo punto de ebriedad en el cual se encontraba ayer. Lo que si era que quería sentarse un poco, y como todos los asientos estaban ocupados, decidió refugiarse en el cuarto de invitados de Matías.

Al ingresar vio al más bajo, con lo que parecía ser su segundo porro en la boca. El olor a marihuana en la habitación invadió las fosas nasales de Blas.

— Podes abrir la ventana si querés. — Dijo el chico antes de dar una larga calada al porro.

Blas hizo lo dicho, el frío entraba por la habitación ahora, reemplazando parcialmente el olor del humo verde.

Blas se sentó en la cama de dos plazas al lado del chico, sin mirarlo por la vergüenza.

— ¿Querés? — Le ofrece, acercandole el porro.

Blas se lo llevó a la boca y fumo, tragando el humo y tosiendo un poco, causando la risa de pelirrojo. Compartieron en silencio el porro hasta que no quedó más de este.

Chris se tiró boca arriba en la cama en un suspiro, Blas lo imitó, poniéndose un brazo detrás de la cabeza.

Se sentía más gracioso que antes, todo le daba bastante risa, pero se la guardaba para no quedar mal.

— Me gusta mucho tu perfume. — Halago Blas cuando el dulce olor a vainilla llegó a su nariz.

— Es de Victoria Secret, mira. — El rizado bajo el cuello de su camisa, mostrando su cuello desnudo.

Blas se inclinó hacia este, pegando su nariz y oliendo, sintiendo como el olor lo ponía más estúpido que antes. Casi que le daba hambre, sus labios empezaron a besar la zona con cuidado, sosteniendo su nuca con una mano. Los pequeños suspiros adversos empezaban a musicalizar la habitación como la noche anterior.

Lo casual se repetía.

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⏰ Última actualización: Jan 25 ⏰

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king of my heart 🪽 ; blas polidori / male readerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora