My sweet hell ══ Riverducción

3.

Samantha sacudía su cuerpo con desespero. Estaba harta, a pesar de no tener mucho tiempo ahí encerrada.

Sentía que sus ojos le pesaban, en las últimas horas no había dormido nada bien, no tenía noción del tiempo, solo se guiaba por las veces que Félix le llevaba comida, cuando eso pasaba sabía que eran las 11AM o las 10PM, pero fuera de eso ella vivía perdida la mayoría del tiempo.

El silencio que adornaba la habitación fue interrumpido por el abrir de la puerta. Ella guió su mirada para ver quién era la persona que entró, encontrándose con un hombre distinto, su mente en ese momento conectó de que era Sebastián, era el único al que aún no conocía.

—Veo que ya despertaste, no te había podido ver, una disculpa —dijo el chico mientras se acercaba a ella.

—Eres Roier, ¿verdad? —cuestionó sin tan si quiera dirigirle la mirada.

—Exacto, mucho gusto Rivera. Vengo a felicitarte —la chica lo miró extrañada —Han pasado un poco más de 48 horas y hasta ahora no has hecho escándalo, o hemos tenido que ejercer violencia contigo, felicidades.

Cuarenta y ocho horas. Llevaba dos días encerrada en ese lugar.

El enojo y la frustración se apoderó de ella rápidamente, quería golpear a ese hombre, matarlo si era posible. No quería estar en ese sitio y el tener que ver a dichas personas no la ayudaban.

Tenía tanta rabia dentro de su ser que sabía que en algún momento saldría. Si eso pasaba, nada acabaría bien, y ella era conciente de eso, pero no le importó.

—¿Me van a dar una estrellita dorada por eso? —preguntó con sarcasmo —¿Rompí un récord acaso? —el chico la miró con algo de gracia.

—Algo así como un récord pues si, no todas las personas logran pasar 48 horas secuestradas sin rogar de mil maneras distintas que los dejen libres.

—Ay no me digas —ladeó su cabeza levemente —. Este lugar es una completa mierda, igual que tú.

—¿Yo? ¿Recién me conoces y ya me estás insultando? Que grandes modales que tienes.

—¿Necesito tener modales en este lugar? Esto es una completa mierda, como tú y como tu estúpido grupo que lo único que hizo fue arruinarme la vida. De tantas malditas personas en esta ciudad ¿yo? ¿Yo tenía que ser su víctima?

—Te voy a recomendar que conmigo no te reveles, porque yo no te voy a tener piedad como tal vez lo están haciendo los demás. Y sobre lo de tu secuestro, estás aquí porque a nosotros se nos dió la gana, yo fuí el encargado de recolectar información sobre ti. Les hablé a ellos de eso y al parecer les gustaste, y mira, aquí estás.

—¡Eres un imbécil! ¡Un estúpido! —empezó a levantar su tono de voz —Eres tan despreciable como todos los otros malditos hombres que han entrado aquí. ¿Qué planean? ¡¿Matarme?! ¡Porque si va a ser así prefiero que lo hagan de una puta vez! —el rostro del chico a su lado se adornó con una expresión de enojo, si por algo era caracterizado en el grupo era por no tener paciencia —. Prefiero morirme antes de estar aquí, no son nada más que basuras. ¡Todos ustedes son unas malditas basuras!