〔𝐂𝐀𝐏𝐈́𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐈𝐕: 𝐏𝐑𝐎́𝐅𝐔𝐆𝐎𝐒〕
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Conforme pasaba el tiempo Ymir se preocupaba cada vez más. No sabía con exactitud si era la tensión que invadía cada esquina de la residencia o simplemente era el silencio que la mantenía tan angustiada por el estado de su amiga porque estaba consciente de que aquel pretendiente no traía buenas intenciones consigo y en cierta parte eso le generaba algo de impotencia a la castaña, puesto que, todos parecían estar en disgustados con ese matrimonio arreglado pero nadie hacía nada para evitarlo.
—Te juro que voy a matar a ese cabrón —reprochó Ymir entre dientes mientras observaba hacia el segundo piso con desdén.
—¡Ymir! —exclamó su mamá, asombrada por la hostilidad que emanaba de la castaña.
—Ay, mamá, por favor... —hizo una breve pausa antes de darle un mordisco a su tostada— Deja fingir que te cae bien ese imbécil. Todos saben que ese niño rico es un insufrible.
Ygritte se quedó en silencio en lo que terminaba de lavar los platos. Sin duda alguna, aquella situación le daba impotencia, pero no podía hacer nada al respecto por temor a que Faith o su hija sufrieran las consecuencias de la inestabilidad y maldad de Amanda, quien se caracterizaba por ser una mujer egoísta, arrogante, pretenciosa y sobretodo malintencionada.
—Ella no merece esto —dijo Ymir indignada, negando con la cabeza.
—Lo sé —respondió Ygritte casi en un susurro, tratando de disimular la ira e indignación que sentía en ese preciso instante. Como no tenía nada más que decir por lo tensa que se estaba tornando la situación, no le quedó de otra más que continuar con sus labores del hogar hasta que escuchó unos fuertes pasos resonando en la lujosa escalera de la residencia Ruscetti.
—¡Pecosa! —Kirschtein la llamó con un tono autoritario— La alfombra de mi oficina está sucia. Necesito que la limpies cuanto antes, no quiero volver y encontrar ese chiquero, ¿quedó claro?
Ymir lo miró de arriba abajo con desprecio, deseando asesinarlo lenta y dolorosamente. Cuando Kirschtein salió por la puerta principal, la preocupación por Faith apareció de repente. La muchacha de cabello negro no había hecho acto de presencia desde que Jean bajó las escaleras, lo cual era sospechoso.
La castaña tomó su celular y le envió un mensaje a Ruscetti para saber sobre su paradero.
Yo:
¿Dónde estás?
¿Te encuentras bien?
¿Te hizo algo?
Fajita<3:
Estoy en el patio trasero.
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DELIRIUM © | Eren Jaeger
Fanfiction𝐃𝐄𝐋𝐈𝐑𝐈𝐔𝐌 © | 𝐄𝐑𝐄𝐍 𝐉𝐀𝐄𝐆𝐄𝐑 AU +18 - PRISONER UNIVERSE. ❝Chica inmortal, vuelve a mí.❞ 【tw; lenguaje vulgar, contenido sexual explícito, violencia física, etc】 © Indriany Glazier 2022