Capítulo 1: A ti dentro de 2000 años

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〔𝐂𝐀𝐏𝐈́𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐈: 𝐀 𝐓𝐈 𝐃𝐄𝐍𝐓𝐑𝐎 𝐃𝐄 𝟐𝟎𝟎𝟎 𝐀𝐍̃𝐎𝐒〕

〔𝐂𝐀𝐏𝐈́𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐈: 𝐀 𝐓𝐈 𝐃𝐄𝐍𝐓𝐑𝐎 𝐃𝐄 𝟐𝟎𝟎𝟎 𝐀𝐍̃𝐎𝐒〕

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En cuanto el show terminó, caminé de vuelta a la barra suponiendo que Ymir seguía ahí y no me equivoqué, ya que la castaña se encontraba charlando muy animadamente con un grupo de personas mientras se empinaba la botella de cerveza y bebía aquel líquido como si fuese agua.

Al darse cuenta de mi presencia, abrió los ojos de par en par y se acercó rápidamente a mí con su cerveza en mano.

—¿Dónde carajo estabas? Casi me matas del susto —declaró la castaña mientras se colocaba una mano en el pecho en señal de preocupación.

—Estaba por allá escuchando la música en vivo —le señalé el escenario.

—¡Oh, que alivio! —exhaló más calmada —No vuelvas a irte así como así, por favor, casi me da un infarto cuando te me perdiste de la vista —confesó y la miré con incredulidad, ya que sabía a la perfección que no se acordaba de mi existencia hasta que me vio— Como sea, ven acá que te quiero presentar a unos amigos.

Sus amigos se veían intrigados por mi presencia, por lo tanto, se dedicaron a analizarme desde los pies hasta la cabeza. Supuse que la finalidad era determinar si era una posible amenaza o una persona de fiar.

A decir verdad, me costó un poco tomar la iniciativa para presentarme, sin embargo, Ymir se percató de esto e inmediatamente se encargó de romper aquel silencioso intercambio de miradas. Justo allí, conocí a Historia, Marco, Sasha y por último a Armin, quienes no tardaron mucho en sacar un tema de conversación neutro con el objetivo de que pudiera integrarme fácilmente.

Traté de seguir el ritmo de la conversación hasta que de un momento a otro, recordé la discusión que había tenido con mi madre por el tema de mis calificaciones y de nada servía hacerla entender que no me gustaba esa carrera porque a ella lo menos que le importaba era mi opinión.

Ante la frustración reprimida, un par de lágrimas salieron en contra de mi voluntad y sin pensarlo dos veces, las sequé antes de que alguno se percatara de que estaba llorando porque lo último que deseaba en ese momento era que toda la atención se centrará en el motivo de mi llanto.

—Iré al baño un momento —le anuncié discretamente a la castaña.

—¿Te acompaño? —negué con la cabeza mientras me alejaba— Bueno... No tardes mucho, ¿sí?

Ymir solía ser antipática, arrogante e insensible ante los demás. Sin embargo, yo sabía que más allá de toda esa hostilidad, existía un lado sensible que muy pocas personas tendrían el privilegio de conocer. Yo la consideraba como una hermana, puesto que, nos criamos juntas desde muy pequeñas y sabía que aquella preocupación no era producto de la cantidad excesiva de alcohol que estaba consumiendo.

DELIRIUM © | Eren JaegerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora