Caos [MarkHyuck]

capítulo 4 ¡! - hielo y amor

Caos [MarHyuck] - cuarta parte

🧊🧊🧊

Mark comenzó a desenrollar el vendaje con cuidado, sujetando el tobillo del menor y colocando la bolsa de hielo cuidadosamente, notando su mueca de incomodidad.

— ¿Todo bien?

— ¡ESTÁ HELADO!

— ¿Qué esperabas? Es hielo— contestó, haciendo algo de presión sobre la bolsa— Solo serán unos minutos. ¿Te duele mucho?

— Digamos que no estoy en mi mejor momento.

— Debes ser fuerte, vamos— lo animó, presionando unos momentos más. Retiró la bolsa y comenzó a aplicar la crema por toda la zona afectada, sintiendo la atenta mirada del contrario sobre él— No duele ¿Cierto?

— No.

— Bien— siguió masajeando por unos minutos más, limpió sus manos con un trapo húmedo y volvió a colocarle el vendaje, sin ajustarlo demasiado— Ya está. Hey ¿Por qué me miras así?

— ... Es que eres tan amable y yo solo te exijo cosas, me haces sentir un novio machista, exigente, opresor, comunista, socialista, anarquista, racista, fascista...

— Donghyuck-

— Marxista, congresista, masoquista, feminista, activista, accionista, estilista, maoísta, vanguardista, guionista...

— ¿Tienes idea de lo que significan la mitad de esas palabras?— interrumpió, sentándose a su lado.

— ¿Tú qué crees?

— No estoy sorprendido en absoluto. Deberías saberlo.

— Para eso está Google, no me pidas mucho— se incorporó despacio, quedando sentado en el sofá— ¿Vamos a comer o no?

— Sí, ya pedí las hamburguesas— contestó, mirando su celular para distraerse.

— ... Mark.

— Dime.

— Perdón por ser un novio comunista, opresor, machista, feminista, vanguardista, guionista, ocultista, paracaidista...

— Ya, ya entendí— lo detuvo— Te callas o te callo ¿Qué eliges?

— Cállame— lo retó, curioso.

El mayor esbozó una sonrisa, inclinando su torso hacia adelante y sujetando el rostro del otro con una mano, dejando un corto pero dulce beso en sus labios.

— Deberías ser más cuidadoso la próxima vez. No quiero que te lastimes de nuevo, podría ocurrir algo peor ¿Sabes? Hoy es un tobillo roto, mañana podría ser, no lo sé ¿La cabeza? 

— Pero para eso estás tú, para salvarme, eres mi caballero— sonrió, rodeando el cuello de su pareja con ambos brazos— Y yo soy tu bello príncipe.

— Lo eres. Pero ¿Qué tal si un día me encuentro lejos y no estoy para salvar a mi príncipe en apuros?— le siguió el juego.

— Fácil. Me moriré y tendrás que vivir con la culpa por el resto de tu vida.

— A veces eres imposible— rió, volviendo a besarlo, esta vez de manera mucho más profunda, aprovechando la cercanía para hacer del beso un momento más privado, más íntimo, como si nadie más existiera. Acarició su mejilla, siendo bastante dulce con su novio.