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Gracias por seguir conmigo y pensé en traerles otro aquí… Príncipe Perfecto estoy dándole los últimos toques para que pueda hacer publicación diría por los siguientes cuatro caps que me quedan o cinco... No lo decido buen...

Feliz Lectura…






Bien.

El gesto de Stella me lo imaginaba peor de lo que fue.

¿Qué hizo después de enterarse que soy su prometido y no pretendiente?

Se puso de pie mirándome con una clara advertencia que decía que me aventaría a patadas del castillo por ese detalle de no estar su padre viendo a su hija, la cual tomo toda su dignidad y salió por la puerta sin flaquear un poco. Me quedé con el rey unos escasos dos minutos antes de que se fuera detrás de ella.

Por eso al terminar el desayuno me tomé la libertad de salir al reino a explorar como solía hacerlo con Alexander cada vez que podíamos, ya conozco gran parte de las calles principales de la capital, por lo que me decido a ir a uno de los parques que también reconozco y que no habrá oportunidad de perderme.

Claro que cambie mi vestimenta a una mejor que no me hiciera lucir como príncipe, más bien como un joven que anda por ahí sin saber que hacer de su vida o que va comenzando en su parte profesional. Eso es un plus para mí y para mí disfraz.

Sigo caminando por el parque hasta que alguien impacta su cuerpo contra el mío, al bajar la vista me topó con Stella que ahora sí me da un golpe bastante fuerte en las costillas.

Me saca el aire en ese gesto rápido y agresivo.

—¿Por qué mierda no me dijiste eso anoche?—joder.

Anoche sólo tenía la lujuria adhieriendose a cada borde de mi cuerpo, tuve que tomar mi autocontrol y sostenerlo fuerte o me la follaría contra la cama en la que no planeo que sea esa primera vez. Porque no es mi cama o la de ella de manera formal, sí hubiera sido en su recámara no se habría levantado con facilidad en la mañana.

Cuando se fue miré la dolorosa erección que tenía bajo los pantalones para luego negar e ir a darme una ducha helada que sirvió para medio calmar el hambre sexual que surgió en mi sistema al imaginarla desnuda en mi cama gimiendo mi nombre.

—¿Será porque alguien entró muy salvaje y tuve que bajarle ese salvajismo con un orgasmo?

Sus mejillas se tiñen de rojo al recordar dónde tuve mis dedos la noche anterior.

Se muerde el labio mientras un vago recuerde surge en ambos al saber que cada uno de nosotros no pudo mucho anoche que intentamos… que caímos en las garras del placer que nos llevo a qué mis dedos terminarán entre sus muslos dándole un poco de lo que quería.

Me mira con odio luego de alejarse.

—Lo atractivo que tenías se murió y ahora… ¡Largo de mi reino!

—Eso no lo decides tú, Pajarito—frunce el ceño en una mueca que me parece adorable—. Serás mi esposa porque no me gusta quedar mal con nadie y mi hermano dio su palabra así que mal por ti.

Aprieta los puños a sus costados y es brevemente donde creo que me dará un golpe, pero no lo hace. Simplemente toma su orgullo y lo usa de escudo cuando se la media vuelta y camina con la espalda erguida a ninguna parte en el parque en el que estamos.

La sigo con pasos fluidos pero perezosos que la alcanzan junto a una fuente en la que está viendo la figura que sonríe despacio y deja que el agua salga entre sus manos como si fuera cosas de ella.

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⏰ Última actualización: Apr 10 ⏰

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