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Minho abre los ojos lentamente y se queda viendo la cabeza rubia en su hombro

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Minho abre los ojos lentamente y se queda viendo la cabeza rubia en su hombro. El cálido cuerpo de Felix esta pegado a lo largo del suyo, su pierna colgada sobre su muslo y su pancita esta precionada en sus costillas, todavía esta dormido, sus pestañas largas revolotean, pero no se abren.

Felix sonrie un poquito en su sueño, apretando su brazo alrededor de la cintura del alfa. Estan desnudos, por supuesto que lo están tuvieron sexo muchas veces. Sobre su cuello puede verse su marca, aún roja y fresca.

Felix hace un ruidito suave, suspira y se mueve en su sueño. Con el pecho hinchado de afecto y orgullo, Minho no puede evitar inclinarse y acariciar el cabello de su omega. Cristo, como le encanta: su cuerpo, su olor, su calor y todo de él. Besa la frente de Felix, preguntándose cómo puede sentir tan cruda adoración ahora, cuando hace unas horas folló a Lix tantas veces. Estos deseos y pensamientos conflictivos lo han estado enloqueciendo por semanas. No podía deshacerse de ninguno de ellos.

—¿Que es lo que te preocupa tanto?—  Minho mira a Felix y se encuentra con sus ojos cerrados.

—¿Estás despierto?—

El omega bosteza y se hunde más a su lado.

—No.—

Riéndose, el alfa pasa los dedos por el cabello de su omega.

—¿Te sientes bien?—

—Mejor que nunca.— El pie desnudo de Felix se desliza por la pierna de Kim. El alfa se tensa, sus suaves emociones desvaneciéndose mientras que el otro sentimiento se hace cargo. El cambio fue tan rápido que lo dejó algo desorientado. Ahora, en vez de los sentimientos cálidos por abrazar a su omega, se siente completamente caliente, muy consciente de toda la piel suave y pálida a disposición. Su celo a pasado hace unas cuantas horas pero el deseo que siente parece no querer irse. Descubre a su mano moviéndose por la pierna de Felix, acariciando su muslo ligeramente antes de asentarse en una nalga perfectamente redondeada. A diferencia de él, Felix es suave por todas partes, su piel suave como la seda.

—Eres muy suave.— Dice Minho, mientras aprieta los glúteos del omega, e intenta distraerse de la necesidad de jalar esas tonificadas piernas largas sobre sus hombros y volver a entrar en él.

El omega se rie, pasando sus dedos por el estómago de Minho.

—No se si suave seria la palabra correcta.— La mano del omega se desliza más abajo y se envuelve en torno a la erección del alfa.

El omega parpadea con dulzura y mira hacia arriba. La respiración de Minho  queda atrapada en su garganta. Dios, son... los ojos de Felix son de un perfecto azul, brillan sobre las mejillas sonrojadas por el sueño, sus arqueados labios rosados entreabiertos, y Minho se siente...

Joder, se siente capaz de comérselo. Quiere tenerlo, necesita meterse dentro de él, en él, cavar su camino dentro, marcarlo, amarlo, usarlo, cuidarlo, poseerlo, poner todo de sí en Felix.

Un alfa sustituto [Minlix]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora