Faltaban unos minutos para que sonora la sirena que anunciaba las vacaciones de verano, la tutora de tercero de ESO A estaba dando la última charla del curso, esa en la que dicen lo bien que nos hemos portado y lo que hemos progresado como grupo aunque sea todo lo contrario.
Desde mi sitio podía ver las caras de impacientes de mis compañeros, cuando de repente la sirena tan esperada tocó.
Se escucharon sillas y mesas arrastrando por el suelo y los alumnos favoritos fueron a despedirse del profesorado, mientras otros, donde me incluyo, solo querian dejar atrás aquel edificio que les ha echo pasar un curso infernal.
Llegué a las puertas principales del instituto, mire para todos los lados pero como casi siempre mi madre no estaba allí.
Según ella no tiene tiempo para recoger niñas, tiene que centrarse en su trabajo, mi hermana tiene suerte ya que la recoge Mónica, una mujer que ayuda en la limpieza de la casa.
Pues otra vez me tocaba coger el autobús. Baje la cuesta que llevaba a la parada y comencé a acelerar mi paso, se notaba la llegada del verano y mi cuerpo lo sentía.
Casi corriendo gire la última esquina que llevaba a mi destino, cuando de repente una bicicleta a gran velocidad tropezó conmigo tirandome al suelo y esparciendo mi mochila y mis libros por el suelo.
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El verano huele a amor
Ficțiune adolescențiPor fin se acababa el curso y empezaban las vacaciones , este año para mi había resultado bastante más complicado que los anteriores, tercero de ESO, claro que es complicado y aún más si es en un instituto nuevo con compañeros nuevos y como no muy p...
