𝕃𝕠𝕤 𝔾𝕖𝕞𝕖𝕝𝕠𝕤

𝕋𝕚𝕒𝕟𝕒 𝕊𝕞𝕚𝕥𝕥

Al día siguiente cuando desperté me encontraba sola en la cama,al ver que Sam no estaba en la habitación decidí asomar mi cabeza por la puerta y en el instante en que lo hice pude ver qué estaba en la cocina con el teléfono en la mano y el seño levemente fruncido,lo miraba con una ceja alzada mientras me acercaba a el

«¿Por que tendrá esa cara?»—pense

Cuando llegue a la cocina Sam me agarró de los hombros y me miró  triste,lo mire totalmente extrañada y sin dudarlo le pregunte:

"¿Que pasa?,¿sucedió algo malo?"—Pregunte

"No solo malo,¡algo terrible! Hoy tenemos que...¡ir a trabajar!—sollozo—¡Ya se acabaron las vacaciones laborales!"—Mire a mi esposo de manera neutral mientras el me abrazaba con fuerza.

Hace algunos meses ambos habíamos solicitado unas vacaciones temporales en nuestros trabajos debido a la situación que estábamos pasando como pareja,cosa que le encanto a Sam ya que es un vago.

"Oh...¿solo eso?"—Dije mientras me liberaba del abrazo

"¡¿Por qué estás tan tranquila?!,¡ya no podremos dormír hasta tarde¡,¡ya no podremos descansar de los amargados de nuestros jefes! ¡Es el peor día de mi vida!" —Decia mientras se tiraba al piso de manera dramatica.

"Las vacaciones laborales no iban a durar para siempre Sam,era de esperarse que terminaran en algún momento...¿me pasas la sal?"—Le decía mientras empezaba a hacer el desayuno.

"Si pero...eso significa que cuando nos entreguen a los niños la próxima semana estaremos muy ocupados trabajando como para prestarles atención...ten"—siguió quedándose usando a los niños como excusa para faltar más días.

"¡Habla por ti yo si tendré tiempo para ellos!, además necesitamos dinero para comprar las cosas para el cuarto de Jordan y Jenna"

"Pero-"—Lo interrumpí.

"¡Pero nada Samuel!,¡deja de quejarte y ve a arreglarte para el trabajo!"—dije dandole un golpe con el sartén.

"¡AY! Si,si,ya voy..."

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"No puedo creer que me hayas convencido de venir a esta cárcel..."—Dijo mi esposo quejándose como lo había echo todo el camino hacia la oficina.

"El trabajo no es una cárcel Sam"—Dije cansada de sus quejas.

"¡Pues para mi si! y pensar que en este momento podría estar durmiendo en mi comoda cama mientras miro la televisión... —Suspiro mientras se imaginaba esa escena —Dios si pudiera me casaría con esa hermosura llamada cama...¿Que?"—Pregunto al darse cuenta que lo miraba de mala manera.

"¿Insinuas que me dejarías por un pedazo de madera?"—Dije fingiendo que estaba molesta.

"No,no,no,no.....bueno talvez—Lo mire con intenciones asesinas—Q-quiero decir...¡nunca te dejaría mi amor!.

"No no,está bien ve y cásate con la maldita cama—Me cruze de brazos—Ojala y sean muuuuy felices".

"Esta bien retiro lo dicho,sabes que te adoro,luz de mi vida,amor de mis amores,eh...ya se me acabaron las frases cursis...Solo ven aqui"—Dijo para luego empezar a abrazarme mientras yo intentaba quitarme lo de encima sin ningún éxito.

Estaba apunto de golpearlo para que me soltará cuando a lo lejos escuchamos un grito.

"¡OIGAN CONSIGAN UN CUARTO!"—Grito una voz lejana que identifique de inmediato